jueves, 20 de diciembre de 2012

Un saludo por las fiestas navideñas

Llegó el mes de diciembre! En realidad ya casi se me escapa de las manos, de manera veloz, sin respirar, sin darme cuenta.

Ha sido para mi un mes de diciembre muy atípico.  Normalmente soy muy organizada y hago mis compras en noviembre, para no toparme con jaurías violentas, tráficos insoportables, tiempos cortos, sin embargo, esta vez por culpa de mi operación y por instrucciones del doctor, no podía ir de tiendas, por lo que me agarró diciembre desprevenida y tuve que cumplir con todas mis compras en dos escasas sesiones.  Pero bueno, al fin y al cabo lo logré.

Además a diferencia de otros años, donde podemos disfrutar de celebraciones y festividades en todas las empresas del Grupo, esta vez hemos empezado un proyecto que me ha tenido absorbida en su totalidad y que me ha dejado exhausta (y recién empieza) y sin poder asistir a todas las celebraciones a las que fui invitada; a ello le agrego que no nos organizamos en nuestro típico intercambio de regalos universitario y que además mañana tampoco podré ir a la celebración de toda la empresa, que para todo efecto para mi es el Año Nuevo porque bailo y me divierto como nunca.

Pero bueno, la parte simpática es que mañana estaremos trepando en un avión rumbo a Los Angeles para pasar las Fiestas Navideñas con mi familia querida con quienes no comparto estas fechas desde hace muchos muchos muchos años.

Sólo espero que el fin del mundo no me agarre volando por los aires o no bien aterrice en Los Angeles;  ya que todas las películas muestran que el fin del mundo empieza en Nueva York o en Los Angeles, casi que me voy a la boca del lobo.

Pero bueno, haciendo un repaso del año, puedo concluir que ha sido un año muy intenso para mi, y que en general ha sido muy positivo, a pesar que alguna tía cercana nos dejó y tengo a dos enfermas, pero con un ánimo de hierro y con ganas de triunfarle a la enfermedad.

Siempre nos ponemos románticos en esta época del año, mandamos buenos deseos por todo lado y recordamos y abrazamos a los seres queridos.  No voy a ser yo la excepción, así que les envío buenas vibras y mis mejores deseos para esta Navidad y Año Nuevo.  Además les dejo unos consejitos:
1.  Díganle a las personas que quieren cuanto las aman
2.  Regalen algo suyo a quien lo necesite
3. Compartan al menos un libro con alguien
4. Llamen a alguien a quien no ven hace mucho
5. Escríbanle a alguien que vive fuera
6. Sonríanle a todas las personas con las que se cruzan
7. Dale un abrazo de Navidad a la persona que limpia tu oficina o te sirve el café a diario
8. Ponte metas para el próximo año y cúmplelas

FELICES FIESTAS A TODOS!!!!

sábado, 17 de noviembre de 2012

Mi vida sin útero

Bueno.  Después de varias citas médicas, ecografías y biopsias, acepté que la mejor opción que tenía delante era que me hicieran una histerectomía.  Uso la palabra médica considerando que aprendí algo nuevo, pero en lenguaje coloquial, básicamente me sacarían el útero.

No crean que fue fácil de procesar.  Eso de que te saquen un pedazo de algo siempre choca, pero además no se trata de la apéndice o de las agmídalas que se las sacan a todo el mundo, se trata nada mas y nada menos del útero, la parte mas representativa de la femineidad, de lo que te diferencia del género masculino (las tetas ya no son diferenciadoras, considerando que veo a varios tetones andando por el mundo, solo que sin sostén). Si pues, me iban a quitar aquel elemento femenino sagrado que me permitió concebir a mis dos bellezas de hijas.

Mi primera preocupación era que ello me podría significar que me den cambios hormonales por adelantado.  En otras palabras que se me adelante la menopausia y me vuelva como este personaje de Carlos Galdós en Caídos del Catre en la radio Estudio 92 que llama a su hijo "Carlos Enriqueeeeee" solo que en mi caso la pobre víctima sería "Arturo Franciscoooooo".  Pero bueno, el doctor me dijo que me dejaría un ovario para que siga produciendo estrógeno y las demás vainas que producen los ovarios.  Soy un poco ignorante en el tema y me costaba imaginar, pensando en el clásico dibujito del útero con las trompas, como quitando el útero que resulta ser la base de todo, me iba a quedar flotando una trompa con el ovario.  Es como tener una cabecita con dos trenzas y desaparecer la cabeza y dejar la trenza flotando. Me imaginaba que en el espacio que dejaba el útero habría un vacío donde se produciría hasta eco.  El doctor me explicó que nada flota en el organismo y que todo se pega y que los espacios libres son tomados inmediatamente por otros órganos que se acomodan.  Así que imagino que a estas alturas mi vejiga se ha acomodado y mis tripas se han despanzurrado en el nuevo espacio proporcionado por mi útero sirviendo de camita para mi solitaria trompa y ovario.

Muy valiente yo fijé la fecha de operación tratando de cuadrarla con algún espacio laboral entre proyecto y proyecto así que el lunes 12 fue el día. Hasta el día anterior no daba señales de nerviosismo, pero bueno, una cosa es entrar a sala de operaciones y salir con una bebe en brazos y otra es entrar a sala de operaciones y dejar a tus dos bebés afuera.  Se me pasaron varias ideas funestas por la cabeza.  Conociendo que no es una operación riesgosa, me preguntaba si no sería la salada que fuera a engrosar las estadísticas de ese 0.01% que se murió en la operación.  Traté de mantener la mente positiva y alejar esos pensamientos y me lancé a la operación.

Poco puedo comentar de la misma ya que lo último que recuerdo es al anestesista,  nunca llegué siquiera a ver a mi doctor. Y cuando desperté llevaba dos horas en la sala de recuperación.  El que si vio a mi doctor fue mi esposo, a quien lo llamaron cuando acabó la operación y le enseñaron al estropajo que era mi útero fuera de mi cuerpo, a quien mi esposo veía por tercera y última vez.  ¿Pesaría como dos kilitos al menos? Le pregunté buscando encontrar algún beneficio colateral en la operación.  Desgraciadamente me dijo que parecía una bolsa vacía como del tamaño de un puño.

Bueno, me encuentro en reposo en mi casita.  Con buen ánimo porque lo mas positivo de esto es que ¡Ya no me va a venir la regla nunca mas!  ¡No más diez días al mes perdidos e inutilizados! ¡No mas stocks de toallas higiénicas, no mas tampones en época de playa, no mas cruzar los dedos en aniversarios!!!!!

En fin... Soy la nueva Claudia sin útero y en reposo absoluto... Arturo Franciscooooooo donde estaaaaaassssss?


viernes, 2 de noviembre de 2012

Distraimientos

¡A quien no le ha pasado algo gracioso o bochornoso, imputable al apuro, al distraimiento o a la fatal combinación de ambos!  Aquí les cuento algunas anécdotas de personas cercanas que me hicieron reir muchísimo.

  • Un día mi mami salió a hacer varias gestiones por Miraflores.  Después de caminar por aquí y por allá, entrar a la Municipalidad y a una y otra tienda, decidió darse un respiro y sentarse a tomar un café. Cuando se cruza de piernas descubre que llevaba andando con un zapato azul y otro negro.  Uno abierto por atrás y otro cerrado.
  • Hace mucho tiempo, cuando los celulares eran muy grandes, salió mi primo de casa apurado, tomó su celular y lo colocó en el bolsillo de su saco.  Cuando llegó a su oficina descubrió que tenía consigo el control remoto.
  • Mi suegra renegaba con lo mal que funcionaba su teléfono inalámbrico.  Esta vez estaba muerto, no sonaba nada, no podía hacer ninguna llamada.  Estaba tratando de marcar un número telefónico en el control remoto.
  • Sale mi mami furiosa del ascensor diciéndome que al parecer se había malogrado y que no quería bajar 7 pisos a pie.  Entro con ella a ver que pasaba.  Había omitido apretar el botón del primer piso.
  • Apurada pues me tocaba hacer el pull al colegio, busqué intensamente mis anteojos para poder irme y no los encontraba por ninguna parte.  Por supuesto empiezo a renegar y mi molestia va en escalada.  Mi hija me miraba confundida.  Tenía los anteojos colocados en la cabeza como vincha.
  • Una amiga llega incómoda a la oficina.  Le pregunto que había pasado y se había olvidado nada menos que de ponerse sostén.
  • Mi cuñado hace muchos años se va de compras a Wong, con su suegro y su niña.  Deja a su niña jugando en una zona de cuidado.  Llega a su casa con las compras y su esposa le pregunta por su hija.  Se la había olvidado en Wong.
¿Alguna anédota que compartir?

martes, 2 de octubre de 2012

La Lactancia Materna

Había olvidado como te trastorna la vida la maternidad.  No me refiero a todas las implicancias de cargar con una barriga nueve meses y todos los efectos colaterales que ello trae consigo, sino al hecho concreto de salir de la clínica con un bebé enano con el que no sabes que hacer.

Lo estoy viviendo de cerca a propósito del hecho que una amiga cercana acaba de ser mami de un hermoso bebé.

Creo que el principal problema que uno enfrenta es la presión social.  Te crean conciencia sobre la importancia de la lactancia materna en la vida de tu hijo, que no niego que sea cierto, pero casi que te lo pintan como un tema de vida o muerte.   O le das de lactar o el niño crecerá lleno de carencias, posibles enfermedades, bajas defensas.  En fin, arruinarás la vida de ese niño.

Todas estas ligas pro lactancia, a quienes respeto mucho por cierto, te crean un sentimiento de culpa terrible, si la naturaleza no te dotó de las condiciones necesarias para dar de lactar con una sonrisa en la cara y un halo de luz que te ilumina el rostro. Te hace sentir culpable si resulta que simplemente no te sale leche o el dolor es tal que no disfrutas en absoluto el proceso.  Entonces te toca toparte con la cruda realidad donde entiendes que no todas las mujeres somos iguales y aún cuando a alguna el proceso le resulte placentero y sencillo, para otras es una tortura.  Esas bellas fotos que vemos en publicidad sobre madres dando de lactar, pues simplemente no son siempre reales.

En mi caso particular, empezar con el proceso fue terrible.  Traté en la clínica pero mi inutilidad era de terror.  No había forma de enchufarme a la niña al pecho, todas las tías opinaban y daban consejos sobre como   acomodar  a la niña, creándome mas stress.  Me sugerían tomar agua de quinua, agua de anís y no sé que tantos otros productos que colaborarían con una intensa producción.  La verdad a mi dolían los pechos horriblemente y no fue sino hasta que una gran amiga pidió mi consentimiento para tomar el liderazgo, botó de mi habitación a todas las tías, se quedó conmigo nada mas, agarró mi teta y la puso de la manera correcta en la boca de la bebé y oh maravilla! Funcionó pude dar de lactar.

Pero el proceso es agotador.  Te la pasas el día entero en pijama y desgreñada con la niña en el pecho y cuando duerme te tienes que ordeñar como vaca para seguir estimulando la producción.

Bueno, yo lo intenté, hice lo que pude, pero solo pude dar de lactar 4 meses a Miranda y a Lara tan solo un mes, pues la producción no fue suficiente.  Tener grandes envases no asegura una buena producción.

En el caso de esta amiga la cosa fue peor.  Trataba y no lo lograba.  Insistía pero lloraba del dolor.  Terminó con las tetas inflamadas de tal forma que parecía que hubiera hecho topless en Punta Cana en horas pico y sin bloqueador.  Roja como la grana (como diría Rodolfo el Reno), con una súper sensibilidad que no le permitía el menor roce, por supuesto menos aún de la boca del recién nacido, finalmente fiebre.  Una especie de mastitis.  Ahí venían los consejos presionantes de que no se de por vencida, sufre hasta morir pero debes dar de lactar.  Agreguen a esto el estado puerperal donde tienes las hormonas completamente revueltas, lo que te provoca llanto sin control ante todo tipo de situación. No sé si era mayor el dolor por la inflamación severa o por el cargo de conciencia que le generaba la posibilidad de no poder darle el pecho al niño. Finalmente una asesora en lactancia la ayudó con la inflamación y tuvo que pasarse horas con hojas de col congeladas sobre las tetas para procurar recuperar el tamaño y color original de las mismas.

Tengo una valiente amiga que decidió no pasar por este proceso por anticipado y enfrentando a la sociedad entera con una personalidad increíble simplemente se cortó la leche.  Me imagino que muchos la juzgaron en silencio, nadie debe haberse atrevido a decirle nadie.  A ella no le importó.  Decidió priorizar su tranquilidad emocional.  ¿Podemos criticarla?  Pues yo creo que no.  Aunque efectivamente estoy segura que la lactancia es beneficiosa, el decidir hacerlo es una decisión personal,  ni siquiera de pareja, completamente personal, finalmente son nuestras tetas.

Creo que no hay que llevar las cosas a extremos.  Si dar de lactar te va a generar sufrimiento, dolor, stress, pues saben que, prefiero a una madre dando mamadera pero tranquila, transmitiendo paz y tranquilidad a su bebé, completamente enfocada en conocerlo.  No hagamos caso a la presión social y decidamos solas.


miércoles, 26 de septiembre de 2012

La ansiedad del retorno

No entiendo porque me genera tanta ansiedad el día que debo volver a casa de un viaje.  Es como si necesitara que las horas solo tuvieran 30 minutos y poder reducir el tiempo que me separa de mi casa y mi familia. 

Esta ansiedad se me refleja por supuesto en el tiempo de anticipación que programo para llegar al aeropuerto antes del vuelo.  De tan solo imaginar que por salir tarde pueda encontrarme con un tráfico terrible de camino que me haga perder el vuelo, la ansiedad se me duplica.  Y por esta razón, por ejemplo, hoy que me encuentro en el aeropuerto de Santiago en Chile, con 3 horas y media de espera previa a la partida del avión.

A las finales esto debe resultar contraproducente, pues se me hace la espera mucho mas larga, aunque esté sentada cómodamente en un sofá de cuero de una sala Admiral, con una coca cola helada, viendo televisión (CSI que me fascina) y con wi fi gratis.

Una vez me tocó hacer un vuelo a Bogotá y el regreso era un sábado, día importante pues me permitía llegar en la noche para poder pasar el domingo con mi familia. Mis hijas estaban súper chiquitas en ese tiempo.  Había tomado un vuelo de Taca, había estado muchas horas antes en el aeropuerto, cuando llegado el momento en que esperaba el abordaje, nos comunicaron sin anestesia que el vuelo había sido cancelado y nos mandaron a hacer cola al counter para indicaciones.  Obediente yo volé hacia el counter a la espera de noticias, las que por supuesto nunca llegaban.  Tienen muy mal manejo de estos casos las aerolíneas.  En lugar de ser claros, nos tuvieron como 3 horas mas para finalmente decirnos que la falla por la cual no volaría el avión no podría ser reparada sino hasta el otro dia.   Recuerdo la indignación y frustración que me produjo ver que otros no habían respetado la cola que nos ordenaron hacer, habían logrado que los ubiquen en otros vuelos, mientras que yo, que había seguido fielmente las indicaciones, me quedaba sin ninguna alternativa.  Me prestaron el teléfono de la oficina y yo lloraba a mares mientras hablaba a Lima y decía que no podría llegar.  Que frustración que sentí.

Creo sin embargo, que esa ha sido la única vez en que me he quedado.  Si he tenido muchas horas de retraso, tanto de ida como de vuelta, e incluso en un par de ocasiones no he podido embarcarme, pero nunca me produce la ansiedad que tengo al regresar.

Así que aquí estoy, respirando profundamente, tratando de distraerme con ustedes mis lectores, engañando al reloj y esperando llegar pronto a casa y a los míos sin mayor demora.

domingo, 23 de septiembre de 2012

La "Quinceañera" y yo en Nueva York

Por cuestiones de trabajo, últimamente estoy de lo mas viajera.  Podría sonar de lo mas entretenido, sin embargo cuando te toca subir y bajar de aviones rápidamente y además dejar dos caritas hermosas muy tristes extrañándote en casa,  deja de ser divertido.  Es por esa razón que la compañía, es decir con quien te toca viajar o encontrarte en el viaje, es vital, pues te hace la diferencia entre un viaje entretenido y uno lleno de nostalgia.

Debo decir que este último viaje a Nueva York, a pesar de lo fugaz, fue de lo mas entretenido, y buena parte debido a mi compañero de viaje, que la verdad, se esmeró en generar anécdotas para darme material para este blog.

Después de un largo viaje nocturno, llegamos molidos al aeropuerto JFK de donde teníamos que salir rápidamente pues teníamos poco tiempo para ducharnos y salir a una reunión al medio día. Así que corrimos al hotel a hacer el check in.  Tuvimos unas dificultades iniciales, pues habíamos tomado el hotel desde la noche anterior, pero nuestro avión llegaba por la mañana y pese a que había enviado una nota por la web del hotel avisando de este hecho, nos habían marcado como "no show" y tardaron un poco en conseguirnos habitaciones.  Finalmente corrimos cada cual a la suya y quedamos en bajar rápidamente para ir a la oficina donde teníamos la reunión.  Yo soy bastante rápida en alistarme, así que tardé poco tiempo en elegir la ropa, sacar cosas de mi maleta, darme un duchazo, arreglar pelos y pintarme un poquito.  Mandé sendos mensajes de whatsapp a este amigo y bajé a esperar en el lobby.  Pues descubrí que mi amigo es lo mas cercano a una quinceañera.  Definitivamente se produce mas que yo.  Se tomó mas tiempo del esperado, tuve que enviar whatsapp cada minuto para torturarlo (bulearlo como él me dice) y finalmente apareció en recepción con tan solo 10 minutos de tiempo para llegar a este sitio donde nos esperaban.

Saliendo de la reunión, decidimos almorzar algo rápido (porque ligero no es el término adecuado) y nos fuímos a Shake Shack cerca a Times Square, donde venden unas hamburguesas maravillosas!  Tuvimos que hacer cola bajo la lluvia, con él único paraguas que teníamos, pues mi amigo olvidó el suyo pese a las advertencias, pero finalmente la cola se movió rápido y pudimos disfrutar con tan solo algunos minutos de espera de las deliciosas hamburguesas con papas fritas.  El local siempre está repleto, así que conseguir espacio es todo un proyecto, pero tuvimos suerte y lo conseguimos rápidamente en una barra alta, donde nos sentamos a comer.  Estábamos disfrutando intensamente de nuestra comida cuando aparece una japonesita con su bandeja de comida para colocarse al lado de mi amigo.  Algún traspiés o lo que fuera volteó parte de la bandeja de la japonesita haciendo que el ketchup volara por las aires y se depositara con frenesí en el zapato y parte del pantalón de terno de mi amigo.  La verdad la escena fue espectacular.  La japonesita avergonzada se lanzó al piso con servilletas y empezó a limpiarle el zapato a mi amigo.  Mi amigo incomodísimo ante el acto de sumisión, se pasaba diciendo "Don't worry" una y otra vez, tratando a la vez de limpiar su pantalón para que no quedara decorado.  La verdad yo solo me reí a carcajadas.  No fuí de mucha utilidad.

Nos fuímos luego en una ruta pre definida camino a Toys 'r Us para adquirir unos regalitos para las niñas.  Hicimos el shopping del caso y la idea era ir al hotel para cambiar la vestimenta, pues no fue buena idea la mía, eso de andar por las calles de Nueva York con taco 9.  He llegado a la conclusión que tengo que adquirir un set de ballerinas para estas ocasiones.  Paramos antes en Duane Reeds para unas compritas adicionales y yo a punto de caminar sin zapatos del dolor de pies.  Sólo la lluvia me lo impidió.  Así que volamos para el hotel para colocarnos un jean y zapatos cómodos.

Nuevamente la quinceañera hizo de las suyas.  Necesité de varios whatsapp para que reaccionara pues con la misión de verificar donde quedaba Best Buy, simplemente se quedó dormido!!! Finalmente salimos rumbo a la tienda, pero yo a esas alturas había aprendido una lección.  Mientras que al principio confié en la seguridad que demostraba mi compañero de viaje como conocedor de las calles de Nueva York, después de haber incurrido en sendos errores, imperdonables en taco 9, simplemente optamos por una solución sencilla.  Su instinto le decía que debíamos ir hacia la izquierda y entonces tomábamos la derecha.  Método infalible.

Llegamos a Best Buy, él a comprar una cámara de fotos, que en teoría, había previamente investigado y analizado, por lo que a mi me hubiera tomado escasos minutos pedirla y pagarla.  Pero no.  El revisó la cámara analizada varias veces mas, las comparó con todas y cada una de las otras, que previamente tenía claro que no compraría, para que luego le pida al comprador que quería llevarla pero en otro color!!! media hora mas para verificar si ese modelo de cámara venía en un color distinto al plateado, pues en la tienda no había, él quería que verifique si había negra creo que hasta en las tiendas de Wyoming.  Cuando me di cuenta que mi paciencia podría terminar rápidamente, decidí subir a buscar la Ipod que me habían encargado.  La busqué, la pagué, escogí por un buen rato unos cases de regalo, volví a pagar, analicé la garantía internacional, la rechacé, me apoyé en la baranda mirando hacia abajo las escaleras mecánicas, primero al lado izquierdo, luego me fui para el derecho, me paré atrás, adelante, di tres vueltas, volví a mirar los cases, analicé los chiches de conexión, mandé sendos mails, traté de evitar el bullying y no le mandé un whatsapp, hasta que a lo lejos lo vi aparecer, para no continuar camino sino seguir por el piso de abajo, hasta que finalmente me ubicó pegando de brincos al pie de la escalera y finalmente pudimos salir de Best Buy.

Estábamos con el tiempo exacto para llegar al teatro donde nos encontraríamos con otro amigo para ver "Rock of Ages", sencillamente espectacular la obra!  La recomiendo por completo.  Luego nos fuímos a cenar a un simpático restaurant italiano, donde pedimos una deliciosa pasta pero mi amigo la quinceañera pidió un pescado extraño, porque no sabíamos la traducción del inglés al español.   Yo por supuesto fastidiándolo porque no entendía como elegía pescado en un restaurant cuya especialidad era la pasta. Luego al hotel a descansar pues al día siguiente nos esperaría un largo día.

Subir y bajar del metro, por ahí un taxi, caminar con taco 9, registrarse, subir varios pisos.  Una reunión la teníamos al medio día y habíamos rechazado el almuerzo con estos señores de común acuerdo, bajo el pretexto de que teníamos un almuerzo ya comprometido.  Pero que creen?  Antes de salir, a mi amigo se le ocurrió comentar que comeríamos cualquier cosa al paso por ahí.  Yo estaba morada pues al fin y al cabo era la que había escrito la mentira.  No sé si los señores la pescaron, supongo que si, pero lo  disimularon bien.  Yo quería matar a mi compañero.

Al fin terminó el día de reuniones, paramos en Apple Store para que mi amigo compre un IPhone para su esposa, yo decidí esperar en la plazita con los paquetes.  Esta vez debo aceptar que no demoró mucho, pero salió alterado, despeinado, con el ojo izquierdo mirando hacia arriba y el ojo derecho mirando hacia abajo.  Al parecer, el Apple Store que está frente a Central Park es lo mas parecido a Gamarra en época navideñas.  Yo disfruté absolutamente, sentada en la placita mirando la gente pasar.  Ese día además nos tocó un clima delicioso, a diferencia del anterior que además de lluvias, traía vientos huracanados.  Una parada mas en Fao & Schwarz para comprar un juguetito de regalo para su hija y ya.

Después, nuevamente balanceándome en mi taco 9 por las calles hasta el hotel.  Con muchas ganas de entrar a la primera tienda que viera al paso y adquirir unos zapatos chatos.  Cosa que no pude hacer porque la primera tienda que vi fue Prada. Rearmamos las maletas en el hotel y nos fuímos para el aeropuerto, en un supuesto taxi de hotel, que cuando llegó era mas o menos una coaster donde cabía un ataúd en la maletera. 

Hicimos el checkin en la aerolínea, mi amigo compró una revista que leería todo el vuelo y que llegó a Lima sin ser abierta siquiera, pasamos al food court por un slice de pizza y una deliciosa Corona que engullimos y tomamos en breves minutos y luego rumbo a la búsqueda de un salón VIP que nos acoja.  Pero oh decepción!  fuímos repelidos del único que encontramos pues no aceptaban nuestra tarjetita, así que buscamos donde acomodarnos tranquilamente para conversar y esperar la hora de partida.

El avión parecía Cocoon.  Había cuando menos 10 viejitos en silla de ruedas esperando ser embarcados.  Habíamos conseguido un buen asiento donde entraran las piernas de mi compañero que son mas o menos que de mi tamaño.  Así que acomodados en el avión, sin lograr que abriera sus M&M´s, quedé absolutamente desmayada todo el vuelo, salvo algunas paradas por el dolor de rodillas que me produce la posición en la que viajo.

Llegamos a Lima, dispuestos a salir corriendo del avión y del aeropuerto.  En el avión, puedo comentar que tuvimos que efectivamente salir corriendo después que mi amigo regó todas las M&M's que no me quiso invitar por todo el suelo del avión.  Mi maleta salió muy rápido, contemplamos muchas maletas pasar, vimos con espanto como una gringa viajaba sola con tres hijos, uno de ellos un bebé en coche y sacaba maleta tras maleta, bulto tras bulto hasta sumar al menos 10.  Uno que se complica viajando con dos niñas grandes.  Estas personas desarrollan técnicas de supervivencia definitivamente.

Después de mirar todas y cada una de las maletas que dieron vueltas delante nuestro, llegamos a la conclusión que la maleta de mi amigo simplemente no había llegado.  Salió sorteado pues.  Al parecer la gente de seguridad en Nueva York había revisado nuestras maletas, pues la mía llegó sin candado, y no embarcó la de mi compañero de viaje.  Trámite de reclamo, ya había pasado una hora y no quedaba un alma del vuelo en el que vinimos, salvo la mujer con sus 10 maletas y  3 hijos.  Tratando de esbozar la mejor sonrisa nos fuímos a recoger el auto pero mi amigo no encontraba el ticket.  No podía pasar nada mas!  Yo insistía que revisara su billetera y él insistía en que ya lo había hecho.  Cuando se disponía a sacar su tarjeta de crédito para pagar sin ticket, éste apareció en su billetera como por arte de magia.

Finalmente nos pudimos ir del aeropuerto.


martes, 11 de septiembre de 2012

La Sirena Soltera

Dicen que en el fondo de la Laguna Azul, en el pueblo de Sauce, Tarapoto, habita una sirena soltera.  El dato de que la sirena es soltera es sumamente importante, pues esa condición es la que precisamente define que jale hacia el fondo de la laguna únicamente a humanos de sexo masculino y que demore varios días en devolverlo a la superficie en condiciones en que ya no puede ser utilizado por ninguna otra mujer.

Esta leyenda nos la contaron en el viaje a Tarapoto.  Y los hombres de la zona la tienen clarísima.  Hay muchas estatuas de sirenas bordeando la Laguna.  Y cuentan pues que solamente son hombres los que se han ahogado en esa laguna, curiosamente sin que su cuerpo pueda ser encontrado con rapidez.  Esto porque la sirena soltera los jala de los pies al fondo de la laguna y se regocija con estos guapos hasta que se aburre y los devuelve a la superficie.  Dicen que los cuerpos no aparecen sino hasta después de 4 dias, flotando, por algún borde la laguna.

Pero también nos contaron una excepción.  Dicen que un alegre muchachón muy sazonado con cervezas en época de fiestas de carnavales, decidió, con valentía, darse un baño en la laguna.  La sirena soltera estaba atenta a la jugada. Siempre en estas épocas de algarabía caía algún incauto y ésta no fue la excepción.  A los pocos minutos que el muchachón disfrutaba de un rico baño, se acercó la sirena y jaló sus piernas hasta el fondo de la laguna.  Pero ¿Qué pasó en este caso? El cadáver del muchacho fue devuelto casi de inmediato a la superficie a diferencia de los otros casos.  Dicen pues que, la sirena al verlo de cerca lo vio tan feo, que decidió no pasar nada de tiempo con este muchacho y lo soltó de inmediato.

Debe ser terrible no solo morir en estas circunstancias, ahogado, sino que también tu fama en la zona trascienda por feo.

Que simpáticas son estas leyendas.

jueves, 23 de agosto de 2012

El pueblo de Sauce y el MRTA: Una Historia Verdadera

Visité la Laguna Azul, en el pueblo de Sauce, departamento de San Martín, a solo una hora y media de Tarapoto, después de muchos años, pues estuve antes en el mismo lugar e incluso en el mismo hotel en el año 1985.  Hoy se respira una paz y una tranquilidad impresionante.  Difícil de creer todo lo que ha vivido y sufrido este pueblo.

Marianito Prado fue empresario pionero en poner un hotel al borde de la laguna y lo siguieron los Hernández, dueños del Sauce Resort, donde nos hospedamos.  El lugar prometía un incremento considerable del turismo, pero la combinación explosiva del MRTA con los narcos echaron a tierra los sueños de estos empresarios así como el de muchos saucinos.

Empezaré por el principio.



Los habitantes de Sauce, en su mayoría campesinos, vivían de la siembra del maiz y del frejol.  El poder colocar sus productos era una ardua tarea, considerando que no habían carreteras, por lo que trasladaban su cosecha en caballos, atravesando abismos en los que generalmente perdían cuando menos un par de sus caballos.  Así llegaban hasta el cruce con el río Huallaga donde vendían sus productos.  Un día llegaron al pueblo unos colombianos trayendo consigo unas hojitas muy fáciles de sembrar y cosechar y que, por supuesto, pagaban al menos 100 veces mas que el maiz.  Los mas intrépidos cambiaron de inmediato su maiz por la coca y empezaron a sembrarla con cierto disimulo pues de cuando en cuando llegaban policías que se llevaban preso a Tarapoto a todo aquel que estuviera sembrando coca.  Poco a poco el pueblo entero cambió sus cultivos y la policía se volvió parte de la cadena productiva, pasando por Sauce cada quince días para cobrar su parte.  Los colombianos abrieron caminos, trajeron maquinarias, construyeron carreteras y por supuesto un aeropuerto de acceso directo a la ciudad.  El pueblo próspero e ilegal vivía en su gloria hasta que llegó el MRTA.



El MRTA empezó extorsionando a los empresarios hoteleros, quienes en 1988 se vieron obligados a abandonar sus propiedades y escapar de aquel peligroso lugar.  El MRTA encontró en el hotel El Sauce Resort, su base.  Al principio las balaceras y matanzas entre narcos y "Tupachos" era frecuente.  Me cuenta Eber, un trabajador del hotel, que los muertos eran pan de cada día y los gallinazos se encargaban de enseñarle la locación de cada nuevo cadáver.  Hasta que decidieron unirse, terrucos y narcos, hicieron una alianza estratégica por la cual intercambiaban seguridad por recursos financieros.  Para ese entonces la presencia del Estado y la policía era nula.  El Sauce ya había sido declarada zona roja y los Tupachos dominaban el pueblo y obligaban a la gente a formar parte de sus huestes, teniendo como alternativa la muerte.  Hipólito, otro simpático guía del hotel, me contó que a los 12 años aprendió a usar un fusil.  Los Tupachos aterrorizaban a la población saucina robándoles su libertad y sus sueños de un futuro mejor.

Un 7 de febrero de 1992 me encontraba yo en mi trivial realidad limeña, celebrando mis 22 añitos, almorzando con un galán en el restaurante Rosa Náutica.  Los mozos del restaurante me cantaban el "happy birthday" haciendo sonar tapas de ollas y cucharas.  A cientos de kilómetros de Lima, el pueblo del Sauce amanecía con una visión diferente.  Eber cuenta que salía de su casa a las 4 y 30 a.m. y vio una tropa de 20 soldados en la plaza de Sauce muy bien formados en la plaza.  Habían llegado caminando desde Tarapoto, con varias pérdidas en el camino y habían entrado al pueblo nadando por la laguna para no hacer bulla ni aspavientos.  Esta tropa de avanzada de valientes soldados esperaba su refuerzo que no llegaba, pero para no perder el momentum, atacó la base del MRTA por sorpresa. Solos, bravíos, 20 soldados contra 300 Tupachos. Se desató una guerra.  Las balas iban y venían por el pueblo, la tropa fue reforzada por 20 soldados mas que bajaron de las montañas.  Los civiles aterrados se escondían en sus propios silos.  La misión del ejército era empujar a los terroristas a una zona lejos de la población civil.  Cumplido este cometido, un helicóptero apareció por el aire y bombardeó la zona.  Había triunfado el ejército.  ¿Conoce usted el color del ketchup señora Claudia? -me dijo Eber- de ese color terminó el pueblo ese día.  Todas sus calles regadas de sangres.

Tres días después, el 10 de febrero de 1992 llegó el Presidente Alberto Fujimori al pueblo de Sauce.  El pueblo lo amó.  Para ellos Fujimori les devolvió la paz y la posibilidad de pensar en un futuro libre.  En una emotiva ceremonia en la plaza del pueblo, el prefecto, dueño de muchas tierras, le regaló un terreno al borde de la Laguna Azul a Fujimori, quien construyó su cabaña.  Iba con frecuencia a desconectarse y pescar.  Esa propiedad hoy está embargada por el Estado.

Luego llegó la DEA que, con sus aviones, esparcieron sustancias que erradicaron los cultivos de coca y dejaron eriazos algunas zonas de cultivo del pueblo.  Darío, otro guía del hotel, me contó que trajeron tecnólogos que les enseñaron a sembrar y cosechar café y cacao.  Hoy ésta es una de las actividades principales del pueblo.

En el año 2009 el Sauce Resort abrió nuevamente sus puertas, remozado y lleno de vida.  Darío y Eber trabajaron duramente en su recuperación.  La Laguna Azul, el hotel de Marianito Prado fue vendido, él no tuvo la posibilidad de volver a ver el lugar que tanto amó.  Hoy es el Sirena Lodge.  Además se está terminando de construir un nuevo hotel en la zona.



Esta historia me caló profundamente.  No sólo es impresionante escuchar de primera fuente una realidad que nos ha sido a los limeños tan lejana.  Me sentí pequeña, me sentí trivial.  Sentí que no sé nada del país que tanto amo.  Sentí una sensación de culpabilidad muy fuerte.  Y me impresionó la fortaleza de esta gente, quienes a pesar de la terrorífica historia vivida no han perdido la capacidad de sonreir.  Una sonrisa franca, sana.  Una amabilidad y calidez impresionante.  Eso fue lo mas rico de este viaje.



Corolario: El 17 de febrero de 1992, 10 días después de la "guerra" nació el primer hijo de Eber.  Se llama Kenji.













domingo, 15 de julio de 2012

Pensando en Tarata...

Ayer leí un testimonio de una chica de 26 años, Marilú Villanueva, que tenía 6 años cuando una demencial bomba estalló en la puerta de su edificio, en Tarata, Miraflores, y la dejó huerfana de padre, llena de temores y cambiada para siempre (http://www.cenizasenlaoscuridad.blogspot.com/).   El testimonio me caló en lo mas hondo de mi ser, no sólo por lo profundamente desgarrador que es leer el testimonio que refleja los recuerdos de una niña de 6 años, sino porque además, resulta ser sobrina de un amigo de mi infancia, del barrio, de quien por esa epoca, no sabía nada, por lo que nunca sino hasta ahora me enteré de la tragedia tan fuerte que azotó a su familia.

Cuando evoco esos años de mi vida, en el que el terrorismo y la crisis, eran parte de nuestra realidad, no dejo de estremecerme. Vivíamos. Y mentiría si dijera que vivía asustada. Era mi realidad, en la que crecí y me desarrollé intelectualmente. Es increíble como los seres humanos desarrollamos aptitudes de adaptación al entorno. Hoy, bastante lejos de la locura de esa época (que espero NUNCA se repita) no puedo imaginarme siquiera la posibilidad de que mis hijas hagan turismo por un lugar como era el Perú de entonces, menos aún puedo imaginármelas viviendo y estudiando en esa realidad. Pero esa realidad me tocó a mí.

Nunca tuve siquiera la posibilidad de pensar en emigrar, esa nunca fue una opción en mi hogar. No teníamos recursos para darnos ese lujo. Así que crecí entre apagones, que me obligaban a estudiar con velas, pero lo seguía haciendo. No dejaba de salir con los amigos. Atentos al toque de queda para llegar a tiempo a casa o disfrutando de las famosas fiestas de toque a toque. No dejé de tener sueños y elegí ser abogada. Estudiaba con ahínco, quizá confundida en mi propia inmadurez. ¿Que sueños podía tener en ese entonces? Sin dinero, sin relaciones, ¿que posibilidades de encontrar un trabajo tendría? Eso lo digo ahora, pero en ese momento yo creía que conquistaría el mundo y conseguiría lo que quería. De alguna manera lo hice, pues logré terminar la universidad con un trabajo y un ingreso y muchas ganas de hacer bien las cosas.

No podíamos recorrer el Peru. Era peligroso. Sin embargo mi mami me dejó ir a mi viaje de promoción a Cusco y Arequipa, pese a que un mes antes los terroristas habían volado el tren a Machu Picchu. No me imagino a mi misma dando ese permiso, pero me pongo a pensar que de otra forma me tendrían que haber tenido encerrada en casa, donde ni siquiera ahí estaba segura. También viajé con mi entrañable amiga Elika a Huánuco muchas veces donde teníamos familia. No entiendo como. Nos dejaron ir mas de una vez por carretera, las dos solas. Estando allí no podíamos comunicarnos con Lima porque las líneas telefónicas estaban averiadas por atentados terroristas. Sin embargo no recuerdo haber tenido miedo mientras disfrutábamos de la ciudad. Eso si, mi tía Elenita no nos dejaba salir de la ciudad.

Muchos años no viajamos, hasta un viaje a Huaraz y muchos a Lunahuaná que ya hice con mis amigos de la universidad. Tenía que cuidarme de los lugares donde decidía esperar mi combi. Jamás debía ser en frente de un banco, pues eran los blancos predilectos de estos dementes en la ciudad de Lima. Y varias veces tuve muy cerca el peligro.

Recuerdo estar de niña con mi mami comprando los útiles escolares en Oeschle de Larco, que quedaba al frente de la Municipalidad de Miraflores. De repente un fuerte estruendo hizo que todo se apagara. Sentí pánico, tomé la mano de mi mami sin parar de llorar. La tienda se llenó de humo, escuchaba gritos y la gente que corría. Todo me retumbaba en la cabeza, pero recuerdo a mi mami tranquila. Alguien informó que habían tirado una bomba a la Municipalidad. Nos evacuaron por la puerta falsa y empezamos a recorrer, yo aferrada a mi mami y ella muy firme y dura, calles oscuras rumbo a Paseo de la República, al lado opuesto del desastre. Caminamos mucho tratando de acercarnos hacia nuestra casa cerca de Aramburú, hasta que conseguimos un taxi que nos llevó finalmente a casa. Ese día olvidamos todos los paquetes de las compras en Oeschle y ello implicaba que teníamos que volver al día siguiente por ellos. Yo estaba aterrada, no quería ir, pero mi mami me reprendió con un "hijita ya pasó. No van a tirar de nuevo una bomba cuando aún ni siquiera lo han refaccionado". Me costó muchísimo acompañarla.

También viví de cerca la historia de un papá de un amigo del colegio, a quien los terroristas lo mataron. No sé cuando, no sé porqué, pero la historia de que él ya no tenía papa la sabíamos todos. El si se fue del país apenas terminó el colegio. También mataron en Huánuco a Fernando, el hijo de mi tía Elenita, por negarse a pagar cupo por el negocio que tenía en la ciudad. Dos hombres y una mujer. Uno le disparó a quemarropa casi en la puerta de su casa. Dejó dos niños.

La bomba en el Banco de Crédito de San Isidro, Canaval y Moreyra con Rivera Navarrete también estuvo muy cerca. Trabajaba cerca de ahí, de hecho algunas lunas del estudio de abogados se rompieron producto de la onda expansiva. También estaba al lado del supermercado al que iba a hacer las compras con mi mami. Las ventanas de mi casa se expandieron como un chicle con el estallido de la bomba, pero regresaron a su lugar sin romperse. Al día siguiente fui caminando a la zona y recorrí montañas de escombros. Vidrios de todos los colores y formas en montañas por las calles. Muchos vecinos como yo, caminábamos por la zona, mirando todo asombrados, estupefactos.

Y la bomba de Tarata. Recuerdo perfectamente el momento. Recuerdo el sonido, que era lejano pero intenso, recuerdo las imágenes desgarradoras en televisión. Puedo imaginar tu sufrimiento Marilú. Sin tener a nadie allí, lloré inmensamente, afectada por el caos, por la locura insanna de estos fanáticos, por la impotencia. Como discutía con mi esposo, no es que la sensibilidad nos vino a raiz de Tarata. Sufría por mi país, quería que todo cambiara, pero sentía que toda la demencia ocurría en mi entorno, pero que nunca sería yo el blanco de esta locura demencial. Eso me permitía crearme un margen de seguridad personal que me dejaba vivir y seguir teniendo sueños. Tarata me remeció, me hizo sentir que las cosas estaban peor, que carecía de tal refugio personal de protección, que todas mis propias fronteras podían ser invadidas en cada lugar.

Hoy les cuento estas cosas a mis hijas. Debemos crear conciencia en ellas. Que sepan que no la tuvimos fácil como ellas. En su mente inocente de 6 y 7 años, no sé si logran imaginar y entender lo que les cuento, pero algo quedará. Me encargaré de recordarlo todo el tiempo.

domingo, 8 de julio de 2012

Los Miedos

Desde niños nos enfrentamos a muchos temores. Algunos son superados con el devenir del tiempo, otros se transforman y mutan a nuevos temores y algunos otros se intensifican y se convierten en fobias.

Los padres vivimos ayudando a nuestros hijos a enfrentar y superar sus temores. Particularmente siempre les digo a mis hijas que no es malo tener miedo pero que lo importante es aprender a vencer nuestros temores y crecer. Pero claramente somos nosotros los padres, los que de alguna manera trasladamos nuestros temores a nuestros hijos. Por eso es muy claro ver -en la mayoría de los casos- que de padres intrépidos se desarrollan hijos intrépidos y de padres conservadores (por decir elegantemente padres temerosos y maricones, grupo en el que me incluyo) se desarrollan hijos con temores o en el mejor de los casos conservadores.

Confesaré pues aquí ante todos que soy una persona muy poco intrépida (nada intrépida en realidad) y que además ostento una gran fobia: la cucarachofobia. Hablé de ello alguna vez en este espacio. Le tengo pánico absoluto e irracional a las cucarachas. Va mas alla del asco. Es pánico irracional. No puedo verlas, pego de gritos, salgo corriendo y creo que podría desmayarme si se me acercan. Pese a que mi esposo me advertía todo el tiempo de que trasladaría mi miedo a mis hijas, pues efectivamente lo hice. Lo tienen en menor medida que yo, pero ya le tienen miedo a estos asquerosos bichos. Sin duda menos que yo. Ellas pueden ver una película donde salen cucarachas y yo simplemente cierro los ojos. Pero auguro que el temor aumentará como me sucedió a mi. Ya fregué a mis hijas.

También me considero acrofóbica, aunque sin diagnóstico médico, pero le tengo muuuuuucho miedo a las alturas y a los abismos. No soy capaz de asomarme en altura teniendo un muro bajo. No subiré el Huayna Picchu precisamente porque siento que me jalan los abismos, no me acerco a los vacíos porque siento que me llaman. Por la misma razón no me atrevo a hacer parapente, tirarme en paracaídas, volar en ala delta, hacer bungee en alturas, escalar una montaña, hacer rappel en una montaña de piedra y asuntos parecidos. No está en mi naturaleza. Nunca luché contra ella.

Por esa misma razón no me fue posible sentarme en ese asientito de la punta de la proa el viernes que estuve en un velero. Me sentí sumamente atrevida por haber logrado llegar a la proa, despues de haber caminado por un borde con sogas bajas, con velero en movimiento y sentarme en un ladito con las piernas colgando. Mi jefe, aventurero él, hombre de miles de retos, no solo profesionales, sino físicos y a nivel personal, fue el que me llevo a la proa y probablemente se frustró de no haber logrado colocarme en el asiento pese a haber llegado tan cerca. El me dice que no soporta tener miedos, que siempre tiene que enfrentarlos. No tiene idea de lo mucho que significó para mi llegar donde llegué.

No sé si estoy bien o mal, pero hay miedos que nunca me han interesado enfrentar. Por eso no hago nada por entablar una armoniosa relación con las cucarachas. Si mi pánico fuera respecto de los seres humanos sin duda hubiera entrado en terapia. Pero no le tengo miedo al ser humano, escucho, aprendo, analizo y tolero a los mas diversos seres humanos día a día. Creo en los hombres y en su buena fe a pesar de ser abogada. Tampoco le tengo miedo a lo sobrenatural, aunque no me iría a dormir a un cementerio para probarlo.

Tampoco me interesa superar mi temor a los abismos. No son actividades que me interesen. Soy un ser absolutamente terrenal, que ama la vida y se cuida de los riesgos (aunque confieso que con ese patrón debería cuidar mi salud y bajar de peso. Prometo hacerlo). Sin embargo no le tengo miedo a los retos profesionales. No tengo miedo de atrapar las oportunidades que se me presentan. No tengo miedo de aprender ni de estudiar. Soy una abogada que no le tiene miedo a las matemáticas.

Complicados somos los seres humanos... ¿Debo entrar en terapia entonces?

domingo, 1 de julio de 2012

Experiencia en Yale

Hacía mucho que no podía dedicarme 5 días a pensar, a disfrutar de interesantes exposiciones (unas mas otras menos), a discutir, a debatir y sin tener interrupciones, tanto laborales como personales. Eso es lo que viví hace un par de semanas atrás durante el Management Program for Lawyers que tuve la suerte de disfrutar nada menos que en la Universidad de Yale, en New Haven. En el Yale Law School, en un salón de clases todo de madera, a desniveles, sentada en la misma aula donde alguna vez Bill Clinton, Hillary Clinton y Bush llevaron clases.
Este curso lo venía persiguiendo hace años sin éxito, hasta que este año encontré a mi jefe en sus mejores 5 minutos y me lo aprobó. Tenía muchas expectativas por lo que significaría a nivel academico y personal.

A nivel académico fue para mi, en resumen, una muy buena experiencia. Disfruté muchisimo las clases de Liderazgo de Professor Vroom, las de Juegos Mentales y Negociacion de Professor Cain, las de Pensamiento Crítico Estratégico de Professor Putsis y las clases de "El Líder como marca" de Professor Sonnenfeld también muy buenas, y aunque no me aportaron nada nuevo, disfruté también al profesor Bartzczak de Finanzas y al profesor Davis de Gobierno Corporativo (que parecía Albert Einstein). La discusión de casos de la desarreglada Professor Baigley, aunque bastante alejada de nuestra realidad latinoamericana, estuvo simpática. Sin embargo el desaliño de la profesora que parecía que no se había peinado en un mes y se había colocado una chaqueta fucsia sobre el camisón me producía mucha distracción.

Lo que no disfruté para nada fue la clase del Dr. Bill Heineman, quien fuera in house lawyer de General Electric por 7 años, con un equipo de 1000 abogados. Me pareció absolutamente arrogante hablando de ética, parecía querer transmitir que los abogados internos estábamos por encima del bien y el mal. Me dio la sensacion de que se sentía un justiciero con el mayor sentido común para discernir cuales situaciones resultaban éticas y cuales no. Me pareció que no había hecho mayor esfuerzo por prepararse. La verdad me cayó pésimo!

Y que decir de la experiencia a nivel personal. El grupo de gente resultó interesantísimo, conformado por peruanos, colombianos, mexicanos, chilenos, brasileros, argentinos, panameños, uruguayos, costarricenses y venezolanos. Departir cada noche después de clases con gente tan simpática sin lugar a dudas completó la experiencia. Aprendí un poco de mexicano y la variedad de formas en que se puede usar la palabra "chingón", así como del orgullo que sienten por su tequila (salud por eso!), descubrí en los panameños gente muy alegre y llena de entusiasmo, teníamos a un brasilero por fotógrafo oficial, el grupo de peruanos que conocí fue de lo mas simpático y divertido, y uno de ellos con la cantidad de anécdotas e historias que compartió conmigo, hizo de mi viaje de regreso a Nueva York todo un entretenimiento. Mi querido chileno Juan Ignacio aportó muchísimo con su humor al grupo y ni que decir del simpatiquísimo Sergio-Mark que era la versión moderna y uruguaya de Dr. Jekyll and Mr. Hyde.  Cada uno mas simpático que el otro, en su propio estilo.

Definitivamente una super experiencia que espero tener la suerte de repetir en alguna otra oportunidad. Solo me queda decir que ¡Que grupo de gente tan chingona! Y espero tener la suerte de recibirlos en el Perú en algun momento.

domingo, 17 de junio de 2012

Un domingo que no es como cualquiera...

Estoy sentada en el borde de una ruidosa pileta sintiendo el cálido sol calentando mi espalda, en un parque central denominado "The Green" en New Haven, un domingo que no es como cualquiera.  Siento que soy transparente en un lugar donde nadie me conoce, donde la diversidad no causa la menor atención y por tanto me mimetizo con el entorno que no me ve pero que yo contemplo. Me quedo simplemente mirando como la gente pasa a mi lado y se sienta a un lado y otro para luego seguir su camino, un destino que no conozco ni nunca sabré.  No sabré que hay detrás de cada una de estas personas que observo, si son felices o no lo son, si tienen trabajo o han sido afectados por la crisis, si se sienten en casa o como completos extraños.

Delante mío camina una familia empujando un coche con un niño que no pude ver.  El hermano bastante mayor y con sobrepeso camina silenciosamente mirando detalles del movimiento del parque; el padre es un hombre muy grande y un pañuelo le envuelve la cabeza cubierto además por una gorra.  La madre de rulos intensamente rojos sujetados por una vincha verde perico que contrasta alarmadamente con el color de su pelo, toma agua mientras camina.

Dos niñas rubias se acaban de sentar a mi lado, la menor de ellas dispuesta a sentir en sus pies el agua de la fuente, es reprimida por la hermana mayor, abandonando finalmente su propósito.  Un joven negro en bicicleta pasa frente a mi con un polo blanco con el número 10 y el nombre de algún jugador que me es desconocido.  Una familia claramente latina toma la senda izquierda.

En el parque se celebra un  Festival de "Artes e Ideas", que no llego a entender del todo.  La mayor cantidad de personas están congregadas frente a mi sentadas sobre cubos de heno.  Escucho el retumbante sonido de unas campanas, pero no provienen de la capilla que está detrás mío sino de una grabación, una mujer empieza a hablar por el micro y no logro entender ni una sola palabra. 

Dos jóvenes con síndrome de down se sientan a mi lado derecho y contemplan el gentío, acompañados de una mujer completamente rubia que bebe agua en botella.  Un abuelo con su bastón camina rápido muy despreocupado.  Una niña camina apurada cuidando su escultura de reciclaje que carga en sus manos.  Se acaba de sentar al lado mío un señor que no deduzco si es latino u oriental, o quizás una mezcla de ambos.  Contempla despreocupado el panorama probablemente con la mente en otro lado.

Me impresiona ver como cambian mis vecinos a cada minuto, gente que solo está de paso, como yo, disfrutando de un momento de ocio.  Muchos niños por donde volteo, riendo, saltando y jugando con alegría.

Recupero mi estado corpóreo y me dispongo a caminar.  Una anciana lo ha notado y se dirige a mi preguntando si los baños públicos son de hombre o mujer.  No puedo responder con certeza pero la animo a utilizarlos si los necesita.

Me voy a registrarme en el curso en el lobby del Omni Hotel.  Hasta mañana...

viernes, 15 de junio de 2012

¡Qué bueno es el Pisco!

Que gusto me da contemplar el auge que viene teniendo el pisco en el país.  Crecí en una familia criolla y pisquera. Sin mucha cultura ni fufulla alrededor de la bebida, pero que de alguna manera estaba presente en ciertas reuniones familiares. 

El pisco es claramente un buen acompañamiento para un despechado vals, una alegre polkita o una garbosa marinera.  Así fue como crecí relacionando tanto a la música criolla como al pisco como elementos que pertenecían a otras generaciones.  Ello a pesar de que siempre disfruté y disfruto intensamente de la música criolla (y del pisco).

Pero con el transcurrir de los años el pisco ha adoptado un glamour semejante al de los vinos.  Ya existe toda una cultura en relación con el aroma, la cepa de la uva y el proceso de fabricación, ademas de magníficos diseños de botella que efectivamente realzan a tan deliciosa bebida.    

Durante mi adolescencia, el pisco solo lo escuchaba mencionar cuando se trataba de preparar pisco sours que te servían en enanos vasitos en quinceañeros y otras fiestas juveniles.  Además recuerdo aquel mito de que el buen pisco se diluye en un pisco sour por lo que cualquier pisco barato sirve para ese propósito.  Hoy por hoy los piscólogos caerían desmayados si alguien presenta una afirmación de ese tipo. 

Y ahora vivimos, al menos internamente, el boom del pisco.  El pisco sour es solo una de las miles de formas de tomarlo.  El pisco ha adquirido dimensiones insospechadas y hoy el pisco sour se mezcla con frutas exóticas para dar lugar a exquisitos cocteles como el maracuyá sour, el aguaymanto sour, el chicha sour y hasta el coca sour. Además forma parte de diversos cocteles con nombres variados donde el pisco es el protagonista, pero además el pisco ha conseguido competir de tú a tú a través de un maravilloso, fresco y helado chilcanito con un tradicionalmente trago playero como es el vodka con naranja.  

Pero eso no es todo... Ha logrado introducirse en refinados matrimonios donde no puede faltar un pisco como una fina alternativa de coctel o de bajativo.  Y por supuesto compite, servido en shots, con el tequila o en una copita refinada con traguitos que se sirven de bajativos, como un zambuca o acompañando un postre, especialmente chocolates con los que marida divino, compitiendo con un rico vino cosecha tardía.

¡Qué tal incursión! ¡Qué fuerza y qué versatilidad! Porque además de todo es una bebida que genera y exacerba patriotismos, que une orgullosamente a los peruanos y que también, ha dado un hobby a pudientes jubilados o jóvenes profesionales con algún excedente monetario.  No es raro encontrar aficionados que poseen algunas hectáreas donde cosechan hermosas uvas pisqueras y producen a manera de boutique, piscos embotellados en producción limitada, con sabores que asombran a cualquiera.

Pero de todas las formas de tomarlo en mi experiencia personal me quedo con un pisco acholado en shot o copita pisquera, sin ningún adorno ni mezcla.  Para aquellos que no sepan de que hablo, y con todo respeto hacia aquellos versados que saben realmente del tema, yo como  aficionada les cuento que el pisco puede tener tres versiones: el pisco puro hecho de uva quebranta, el aromático que viene de uvas como la Italia, Mollar, Torontel, Albina, entre otras, caracterizado por su fuerte y delicioso aroma, y el Acholado que en  términos vineros viene a ser un blend, es decir una mezcla de pisco puro con alguna uva aromática.  Por supuesto disfruto también de los chilcanos de pisco y los relaciono con el sol, la playa, el rélax y como una buena alternativa a la cervecita (aunque nunca con un cebiche!). 

Con lo que nunca me he llevado bien es con el pisco sour, que simplemente me cae mal, me emborracha rápidamente y me traiciona por lo que procuro no tomarlo incluso en sus modernas versiones.

Ojalá que toda la promocion y versatilidad de esta bebida espirituosa pronto pueda incrementa sus volúmenes de exportación y podamos encontrarla en las zonas gourmet de supermercados del exterior.

¡Salud mi hermanón!

viernes, 1 de junio de 2012

Ahorrando en el supermercado...

Soy asidua compradora en Wong. Ni siquiera me afectó un ápice, a pesar de ello, que los queridos y respetados señores Wong realizaran su fortuna y trabajo de tantos años y le vendieran el negocio a los desconocidos señores de nacionalidad chilena de Cencosud. A diferencia de algunos quisquillosos, no encuentro grandes (o ninguna para ser verdad) diferencias entre el negocio antes y post "empresa peruana". Pero quizás por esas mismas razones, periódicamente me entran inquietudes que me motivan a ser infiel e irme a otros supermercados bajo la clara convicción de que pago un sobreprecio en Wong y que ahorro es progreso.

En esas andanzas un día decidí ir a Plaza Vea y hacer mis compras quincenales ahí. Difícil acostumbrarme a un lugar distinto a mi Wong de Benavides. No sé si era pura idea pero yo sentía que los pollos estaban verdes, ergo no tenían igual calidad que en Wong. Mi café instantáneo marca Wong no lo cambio por uno marca Bells, me gustan más las bolsitas rojiblancas que las verdes. Todas sus ofertas funcionan con su propia tarjeta de crédito que me niego a sacar pero por sobre todas las cosas, sobre todo, todo, todo... No soporto a la señorita que se la pasa el día entero haciendo anuncios por el micrófono! Dios mío que trabajo tan desesperante! "estimado cliente, de oferta las naranjas de cascara azul, aunque usted no lo crea estimado cliente" y frases semejantes acompañando todas y cada una de sus ofertas además del pitito insoportable del micrófono. Simplemente no puedo! No hice mas compras ahí y solo voy en época navideña para aprovechar las ofertas de juguetes y llenar mi canasta de regalos con stock para atender la intensa vida social de mis hijas, sin andar a trompicones en la búsqueda de un regalo ni pagar sobreprecios.

En otra ocasión me decidí por Tottus de San Isidro. Tampoco salí muy satisfecha. Mas alla de aprovechar las ofertas 3x2 en vinos, no vi nada súper interesante. La tienda era muy grande, casi que me provocaba estar en patines y el intenso olor a pan me mareaba. Pero sobre todo, el tráfico de la zona, los estacionamientos siempre llenos y el ver al frente a Metro, que por años fue mi tienda, me frenaba y no me permitía disfrutar de la experiencia de compra. En su favor podré decir que los panes estaban muy ricos.

Alguna otra vez me tome la molestia de irme con Arturo hasta la Av. Argentina, a este lugar que concentra puestos de mercado y encuentras de todo.  Creo que se llama Minka. Muy desordenado a mi parecer. Me tomó como tres horas las compras, de pasear de puestito en puestito descubrí que había olvidado algunas cosas, entonces al final de las 3 horas y con todo en el carro, pase por Wong a comprar lo que no encontré ahí y un globo metalizado que le encantó a mi hija y que costó 15 soles borró de un sopetón todo el ahorro conseguido en la Av. Argentina...

Finalmente hoy decidí probar con Makro de Surco. Había escuchado a mucha gente hablar maravillas del lugar y de los ahorros que se consiguen. El sitio gigantesco y con productos "XL" me recordó a los grandes supermercados gringos. Empezamos tímidamente el recorrido puesto que no conocíamos como estaba organizado el lugar. Recibí una gran sorpresa pues me pareció todo muy ordenado y sobre todo no me sentía apretada ni con exceso de gente. No puedo afirmarles que los precios hayan sido mejor, pero probablemente si. Tendré que revisar el ticket y compararlo con Wong. Claro, desconocía muchos detalles, como que no te dan bolsas para guardar nada y como no recolecté cajas a lo largo de mi trayecto terminé comprando mis bolsas de mercado, lo que incrementó el presupuesto en 12 soles. El carrito de compras de diseño particular también me trajo complicaciones. Era para poner grandes cajas pero de difícil maniobrar, tanto que alguien recomendó a Arturo que gestione su brevete. Pero lo que me quedoó claro es que el dolor de espalda y el cansancio que tengo ahorita mismo, no me motiva a repetir la experiencia al menos muy seguido. Entre las horas que me toma la compra, la necesidad de tomar vacaciones para hacerlo (porque no quiero imaginarme un sábado ahí) el quiropráctico que tendré que pagar, las horas de recuperación que necesito...mmm creo que regresaré a ti mi Wong querido, donde me cargan todo, me lo ponen todo en bolsas, espero sentada en la caja, todo me lo llevan al auto y lo guardan por mi, casi hasta me abanican... Claro ello tiene su precio... Probaré con Wong Bajada Balta...

domingo, 13 de mayo de 2012

Feliz día de la madre!

Algunos disfrutarán el día inmensamente y otros pensarán que es una cursilería y una fecha comercial inventada por las tiendas para vender más. Probablemente sea cierto. Sin embargo no creo que haya una sola madre con hijos en edad escolar que no disfruten inmensamente este día. Yo no soy la excepción. Me encanta el día de la madre por la emoción que le genera a mis hijas la fecha. Por todos los preparativos que las tienen ocupadas días previos. Por todo el amor que le ponen a cada regalito.

Mi día empezó hermoso. Mi Larita me había preparado una bella tarjeta, un acróstico, un cuadro y me cantó una canción hermosa. Mi Mirandita me hizo un retrato en cerámica, me hizo una tarjeta linda y me recitó un poema creado por ella y que comparto con ustedes:

Mi mamá es preciosa.
Mi mamá es bella
como una estrella.
Mi mamá es amorosa
como una mariposa.
Mi mamá es hermosa
como una rosa.
Mi mamá es brillante
como un diamante.
Mi mamá me dio la vida
que no se me olvida.
Mi mamá me da amor
 como una hermosa flor.


Como no voy a disfrutar el día de la madre con estas muestras de amor!

A ti madre mía, mi mas sincero homenaje, por ser la mejor, por estar siempre ahí, por ser mi compañera y mi mejor amiga.

Feliz día a todas las mamitas!

jueves, 3 de mayo de 2012

Hablemos de sexo...

Mami, ¿Qué es sexo? "La" pregunta llegó y uno como madre nunca está suficientemente preparada para responder.  Sobre todo cuando la pregunta la sueltan a boca de jarro mientras regresábamos contentos y en familia de un paseíto a Cieneguilla.  Hay que buscar una rápida salida, no es así?  "Bueno hijita" le dije, "tu papi es sexo masculino y yo soy sexo femenino", me sentí la mas rápida con mi respuesta, pero la sensación duró tan solo unos segundos... "no me refiero a eso mami" me dijo; vi a Arturo con los ojos muy abiertos y me sentí en peligro de terminar empotrada con el auto en un lado del camino. Agradecí que Lara dormía descabezada como siempre.  Arturo se había vuelto repentinamente mudo y tácitamente entendí que me endosaba la responsabilidad de dar respuesta a dicha pregunta.  Me hice la que no entendía y le pregunté a que se refería.  Me dijo que una amiga le había dicho que había que "hacer sexo" para tener hijos.  Ok. Glup.  Llegó el momento, pensé. Amor, le respondí, llegando a casa conversaremos tranquilas.

A pesar de que tratábamos de incorporar temas divertidos para que el camino no se hiciera tan largo, lo cierto es que en mi mente solo estaba el tratar de recordar donde había dejado el librito que hace un año y de manera previsoria me compré, con todos los tips de como hablar del tema con el niño.  Así que llegué a mi casa, encontré el libro y me encerré en el baño a repasarlo.

Bueno, di mi magistral discurso para niños de 7 años y me quedé pensando mucho.   Sentí que ese momento marcaba el crecimiento de mi niña.  Que ya le surgían dudas, que ya razonaba, que ya cuestionaba.  Ya no era mas una bebe, era una niña.  Agradecí que se sintiera con confianza de hablar con nosotros.  Si bien yo fui la que hablé con ella, ella luego quiso compartir la información con su papi.  A pesar del stress que el hecho le causó al papi, me pareció lo máximo que ella pidiera hablar con él también.

Para los que sientan curiosidad, mi librito recomendaba hablar con los niños de manera muy clara, llamando a las cosas por su nombre, pero dando la información solo hasta el nivel de pregunta que te hagan.  No es necesario dar mas información de la que te piden.  El niño te irá pidiendo mas, poco a poco.  Es importante presentar el tema como algo natural, una situación que implica mucho amor y un momento muy importante para los papitos.

O sea mami... me dijo... que tú has hecho eso DOS veces con papá? Si mi reina, dos veces, le respondí.

jueves, 12 de abril de 2012

Me gusta Bogotá...

Me encanta la ciudad de Bogotá y me encanta su gente, con ese acento de voz tan simpático.  Toda la gente, sea cual sea el rol que le toca jugar, sumamente amable. ¡Qué bonitos serían todos los días en Lima si la gente se tratara con esa educación! Imaginen a un chofer de combi diciendo "con mucho gusto" a todos sus pasajeros! improbable no?  y recalco que es en todo lado, no solo en el hotel, donde la descripción de puesto de quienes trabajan ahí debe incluir la sonrisa y la amabilidad, pero encontrar un taxista, el señor de migraciones, la señora barriendo la calle, el mozo de restaurant y cualquier hijo de vecino con el que te topas por la calle y que te dediquen una sonrisa, te saluden y respondan a todo "con mucho gusto", pues creo que no es casualidad sino mas bien una típica característica de los ciudadanos bogotanos. Creo que una sonrisa empezando el día te puede hacer la diferencia y cuesta tan poco!!!

Pero también me gusta la ciudad.  Sus calles empinadas, sus muchas construcciones de ladrillo, el verde por todo lado, sus acogedores restaurantes, la bulla de la calle, hacen de Bogotá una linda ciudad.  Alguien comentará que opaca su belleza el caótico tráfico y no puedo negarlo.  Sin embargo, siempre he estado hospedada al lado del sitio donde tengo que ir, por lo que me he movilizado con mucha facilidad por la misma zona.  Pero claro que he escuchado historias de terror sobre las congestiones vehiculares que se generan en la hora pico (algunos afirman que todo el día es hora pico) e incluso los sábados, a ello súmenle el hecho que se forman lagunas en las calles por las intensas y persistentes lluvias, por lo que es mas fácil transitar en canoa que en auto.  De hecho estos días viví una lluvia tan fuerte y sin pausa que imaginé que en cualquier momento vería pasar desde la ventana de mi habitación al señor Noé en su arca.

Pero todavía la ciudad causa inseguridad, como vivíamos hace varios años en Lima, no se siente que el tema está aún resuelto.  Y es que me hospedé en un lujoso hotel, por cortesía de la Bolsa de Valores de Colombia, que se llama Club El Nogal y resulta que éste vivió en carne propia un insano ataque terrorista, el 7 de febrero de 2003, mientras yo cumplía 33 años y probablemente celebraba de lo mas bien, un coche bomba con más de 200 kgs de explosivos detonó en el estacionamiento del Club, causando la muerte de 36 personas y más de 200 heridos, la mayor parte de clase alta, que disfrutaban de solaz esparcimiento en las instalaciones del club.  

Cuando llegué al Club, en la entrada el taxi se detuvo, tuvimos que abrir todas las puertas del automóvil a las que un hombre de seguridad les pasaba un aparato que asumo era un detector de explosivos, para luego ver acercarse a un hermoso perro que olía el automóvil y de paso mis pies.  Todo esto para llegar a la puerta, no al estacionamiento del club.  Luego pasaron mi maleta por un scanner semejante a los del aeropuerto, pasé yo por el arco de seguridad, me pasaron por el cuerpo el detector de metales y finalmente pude ingresar al club y registrar mi huella digital y mi  foto.  Nunca tanta seguridad en un hotel.

En el aeropuerto la situación es similar.  la revisión no es solo a la entrada a Migraciones como sucede en la mayor parte del mundo, sino que se produce una segunda revisión para entrar a la sala de embarque correspondiente, donde vuelven a mirar tus cosas, abren tus maletas, carteras, lap tops y hasta te toquetea una oficial para verificar que no lleves nada adherido al cuerpo.

Tanta seguridad me causa inseguridad. 

Deseo de corazón que este hermoso país que es Colombia encuentre pronto la paz, derrote al grupo de locos que conforman las FARC para que se pueda respirar tranquilidad en el ambiente y vivir con seguridad.

sábado, 7 de abril de 2012

Semana Santa

Definitivamente los años han generado cambios en mi.  No saben como puedo estar disfrutando estos días de Semana Santa con prácticamente ningún plan.  Relajada, viendo tele, conversando, leyendo.  Nada en especial.  

Esto era impensable hace 15 años para mi, donde los días de descanso me dejaban mas cansada que antes de empezar.  Los miles de planes previos se barajaban meses antes hasta tomar una opción que podía significar un viaje al interior del país, de cualquier forma, en cualquier alojamiento, o un delicioso campamento en playas sin baño que disfrutaba muchísimo.

El viajar en Semana Santa ahora no me gusta mucho.  Primero, que me molesta pagar el sobreprecio que tienen todos los alojamientos en esta época, sabiendo además que estarán llenos, que el servicio no será el mejor y que de todas maneras eso me pondrá de muy mal humor. Si hoy tuviera que elegir viajar a algún sitio, probablemente eligiría aquel contrario al que escuche que todo el mundo irá.  Mientras que antes hubiera estado definitivamente en medio de todo el movimiento, incómoda o no.

¡Y que puedo decir de los incómodos campamentos! antes cargábamos una carpa pequeña que compartíamos entre varias, planificábamos nuestras comidas, teníamos un toldito y por supuesto no nos faltaba guitarra y cajón.  Pero no había baño.  Nuestras bolsitas negras cubrían esa carencia y éramos felices así.  No me imagino ahora yendo a un cerro a cumplir con mis necesidades fisiológicas.

Pero es que claro, cada cosa tiene su época, su dinámica, su pasión.  Disfruté intensamente esos años de mi vida.  Los años me han vuelto comodona.  Me encanta viajar por supuesto, pero ahora me gusta estar muy bien instalada y muy bien atendida.  Supongo que es natural.  Hoy disfruto mucho de no tener nada que hacer.  De tener un espacio para leer un libro, poder estar echada en mi sillón favorito, poder ver tele y hacer "zapping" sin ningún stress.

Dejo constancia que para poder escribir este post estoy dejando de lado todas las convenciones religiosas que deberían practicarse en estas fechas, porque debo reconocer que nunca las he practicado en su totalidad.  De seguro habrá muchos que disfrutan su recorrido de iglesias y actividades semejantes.

Espero estén disfrutando de unos días deliciosos...


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