lunes, 20 de octubre de 2014

Rompecabezas

El viernes en la noche regresé a casa después de un largo día de trabajo y encontré a mi hija Lara armando un rompecabezas de Hello Kitty de 250 piezas.  Estaba avanzando ya, pero me pidió que la ayudara.  

Los rompecabezas fueron por muchos años mi pasión.  Me generaban horas de entretenimiento individual y en silencio (cosa bastante difícil en mi) y algunos dolores de espalda.  Lo armaba en la mesa del comedor de la casa de mi mami, allá en Manuel A. Fuentes, para luego colocar el mantel encima y la mesa pudiera seguir siendo usada para su propósito.   Cuando terminaba de armarlo, lo contemplaba por un rato y lo dejaba tapado y entero por un par de días, para luego desarmarlo nuevamente y regresarlo a su caja original.

Si bien cuando eran chiquititas, inculqué en ambas la afición del rompecabezas, había habido un periodo de tiempo en que ésta había desaparecido.  No habíamos renovado rompecabezas y ya habíamos regalado aquellos de princesas, Mickey Mouse y Backyardigans que no eran para su edad.

Encontrar espontáneamente a Lara motivada con un rompecabezas me emocionó, así que procedí a ponerme pijama y a trabajar con ella en el mismo.  Empecé a explicarle la importancia de empezar por los bordes planos para tener el marco de todo el rompecabezas y sea mas fácil armar; la clasificación por colores no era necesaria, se la enseñaré con el reto siguiente; y poco a poco concentradas, juntas pero en silencio, terminamos el rompecabezas.  

Como Lara no quería desarmarlo aún y lo había armado sobre el mantel, hicimos un poco de malabares para retirar el mantel y que el rompecabezas cayera sobre la mesa sin desarmarse y poder dejarlo ahí por un día.

Luego recordamos que la Mamama guardaba algunos rompecabezas grandes, así que Lara fue a buscarlos y empezamos a armar uno de mil piezas.  Era tan antiguo el rompecabezas que se trataba de una promoción de los Supermercados "Santa Isabel" , donde la figura era precisamente las góndolas de diversos productos y gente comprando y mirando lo que se vendía, todo en dibujitos.  Un rompecabezas de edición limitada.

Que divertido fue encontrar un dibujo de un "Telepoint" y una señora hablando por teléfono en una caseta.  Se promocionaba también los tristemente célebres fideos Lucchetti, los Carozzi (que recuerdo perfectamente el comercial publicitario pero no el sabor de la pasta); galletas Bartolazo (que no recuerdo haber comido), toallas sanitarias Milady,y Uranio TV.

El rompecabezas reposa en mi mesa, después de haberlo avanzado el sábado y terminado el domingo por la mañana, donde también se motivó Miranda a participar y fue parte de.  Probablemente mañana estaremos al acecho, buscando otro rompecabezas que nos entretenga.

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