jueves, 30 de mayo de 2013

Y sigo en la oficina...

Aquí estoy en la oficina, completamente agotada.  Si alguien me ve en este instante seguro que me dibujaría con los ojos de loco típicos de Condorito... agrégale que siendo las 11:14 p.m. además tengo los ojos rojos y los pelos revueltos.   Y así ha venido siendo el ritmo fuerte en estos últimos meses pero especialmente de locos esta intensa semana que empezó el domingo y todavía no termina.  Si todo sale bien, y espero sinceramente que así sea, mañana podré contarles de que se trata.

No se oye bulla en el edificio, por lo menos en el piso solo somos Mónica, Alvarito, Adriana, el Lobito y Dennis que acaba de salir en puntitas y danzando ballet, con los ojos mas rojos que yo, pero eso si, con el gel manteniendo aún en el pelo en su sitio.

Ante tal stress y cansancio, buscamos por todas las oficinas un sacacorchos que pudiera destapar la botella de vino que encontré en la mía para poder acompañar la lectura de múltiples mails y las revisiones de muchos documentos, con un glorioso vaso con logo con vino tinto.  La misión del sacacorchos terminó hundiendo el corcho con un desarmador que fue lo único que encontraron, en perjuicio de la camisa de Lobito, que dejó de ser celeste a rayas para pasar a tener una tonalidad borgoña.

Siento el sonido de los mails llegando y ya no sé si soy capaz de entender su contenido.  Por su parte Adri intenta comprender una línea en los estados financieros de la inmobiliaria y Mónica con la adrenalina en su máxima expresión y en completo silencio redacta sustentos financieros.

Lobito y Alvaro la verdad ya ni se que están haciendo, pero se ganaron los laureles con la casi misión imposible de abrir la botella de vino.

El día de mañana se pinta hermoso.  Conferencias telefónicas varias desde temprano y todo el stress y apuro de que el día no se acabe antes que nuestras fuerzas para cerrar esta etapa del proyecto y sentir que podemos dormir delicioso el fin de semana.

Tengo todas mis expectativas en poder llegar mañana a invitar a mis enanas, que hoy temprano vinieron sindicalizadas a presentarme su pliego de reclamos, absolutamente justo, donde me increpaban el hecho de que me estaban viendo únicamente en la mañana, a dormir conmigo en mi camita, aprovechando que mi querido esposo ha tenido que viajar.

Miro mi oficina y veo colgando de mi pared nuestro famoso panel de la infamia, donde todo el tiempo anotamos frases divertidas que cualquiera de nosotros soltamos.  La verdad es que hay tanto material que la bitácora "behind the scenes" que haremos de este proyecto tendrá muchísimo que escribir.

Este ritmo intenso no hubiera sido sostenible si todos y cada uno de los integrantes de este equipo no fueran tan buena onda como son.  Súper comprometidos con su trabajo, absoluto apoyo uno al otro y sobre todo, buen humor, aún en los peores momentos de crisis.  Y es que si el humor no nos hubiera acompañado todo el tiempo, creo que esto hubiera sido caótico.

Espero tener buenas noticias mañana...

martes, 14 de mayo de 2013

Mi experiencia molecular

Buscaban sorprenderme en Santiago de Chile con un restaurant peculiar y diferente que pueda competir con nuestra sabrosa comida peruana y ¡vaya que lo lograron llevándome a Boragó!  Realmente fue toda una experiencia seguir este recorrido gastronómico maridado con generosos vinos chilenos que al principio acompañaban bien al plato, pero luego, invasivos, me quitaban la posibilidad de entender y recordar lo que me ponían por delante.

Se trató de una intensa experiencia tanto en sabor como en aroma, aunque de contenidos y formas incomprensibles.  No apto para recelosos con la comida que solo comen bisteck con papas fritas.

El concepto de esta cocina es presentarte productos naturales de las regiones mas diversas de Chile, en sincronización con la época del año en la que nos encontramos.  Nunca vi la carta, nos fuimos por el menú de degustación para probar un poquito de cada cosa.  Simplemente fascinante.

Todo llegaba en macetitas, piedras, colgados de arbolitos, en cáscaras rellenas, sobre papel. Todo fina y cuidadosamente decorado en platos gigantes que hacían aún mas notoria la escasez de la porción en el mismo, pero que final y milagrosamente nos dejaban completamente satisfecho por la cantidad de productos que desfilaban delante nuestro.

Probamos una tierra que vino en una macetita y que se mezclaba con algún producto que iba en la misma maceta y se untaba sobre un pancito semejante al francés.  Los famosos locos chilenos llegaron en forma de delgados y crocantes chips que en realidad nunca le sentí ningún sabor marino.  En vasijas de barro aparecieron unas croquetas de papas, pero que resulta que son de color azul, unas masitas delgadas cubiertas con desconocidas hierbas y una especie de tostadita con algún producto encima decorado con una florecilla que también comíamos.  Todo esto no era sino el entremés.

Luego apareció la primera copa de vino blanco, imposible recordar cual fue, pero estaba muy bueno y venía a acompañar a una especie de bonsái que traía con él tres productos comestibles.  Unas hojas que colgaban del árbol y contenían una especie de paté en él.  Una pequeña mitad de pera que habían dejado fermentar en árbol, no habían tocado tierra y habían sido cosechados por los cocineros del lugar y una nuez rellena con una crema hecha con la misma nuez y algo mas que no recuerdo.

El segundo vino llegó acompañando un puré de papa bruja de Chiloé (aunque no sé si el mozo me dijo bruja a mí o se refería a la papa) sobre queso de chanchito biodinámico (lo que entendí que es biodinámico es que se trata de un chanchito engreído alimentado con productos que no son químicos) y arrayán macho relleno con crema (recuerdo haber ido en Bariloche a un bosque de arrayanes, así que básicamente me comí un trozo de árbol).  Las papas eran moradas.  El sabor maravilloso.

Luego otra copa de vino blanco (vale la pena aclarar que las copas venían servidas a un tercio, no enteras) acompañó a un topinambur con hongo rallado.  A quien, como yo, no tiene idea de que le hablo, se trata del Helianthus tuberosus... ah ya! ahora si entiendo... por favor señor mozo en castellano.  Bueno pues parece un kión o un jengibre, pero sabe a alcachofa y es un tubérculo.  Había que mezclar lo que venía en el plato y para adentro.

La siguiente copa de vino, que seguía siendo blanco y a lo mejor un poco dulce, acompañó a tres porotos con beterraga infusionada con geranio rosa.  Que felizmente no sabía a beterraga porque no me gusta.   Importante precisar que tenía hierba mala encima y algunos tréboles que teníamos que ingerir con el resto del plato.

Siguiendo con el recorrido apareció ante mis ojos un plato blanco que contenía un trozo de corvina cubierto por algo totalmente negro, que parecía carbón y que tenía al lado un producto curvilíneo que hasta ahora no sé que fue, pero igual me lo comí, con los múltiples tréboles de al lado.

Las sorpresas continuaron y apareció repentinamente un tronco espinoso delgado que cubría o envolvía un trozo de carne de res, que se cortaba sin necesidad de cuchillo, pero antes de comerlo aparecieron con unas macetitas con piedras a las que le echaron agua caliente y empezó a salir un olor rico muy parecido al Vick Vaporub.  Me hubiera hecho muy bien colocarme esas piedritas en el pecho, considerando que sigo con ataques de tos que todavía no se van, pero me pareció impropio (pese a que aquí estaba con el primer tinto en las manos, un blend de 5 cepas).

Lo que siguió fue un postre, dijeron que de "rico rico", intenté averiguarlo en google pero me salieron diversas imágenes desde las mas sweets hasta las mas pornos así que  no podré darles mayor detalle sobre el particular.  Básicamente era una espuma blanca, con algo verde rallado encima y unas pepitas rojas.  Venían en un gran plato blanco, pero lo gracioso es que se comía sin cubierto.  Adios Charm.  A levantar el plato y meterle un lengüetazo al postre. El siguiente postre era una ovejita, que mi amiga Manola confundió con una tortuga, todo de leche y suero de oveja, el helado, el algodón encima, absolutamente todo de ovjea y el último postre nos dijeron que se trataba de la imagen de la Patagonia.  Literalmente tenía un pedazo de hielo que me recordó inmediatamente a las épocas en que uno descongelaba el freezer de la refrigeradora manualmente.  Algo de leche de vaca con unos frutos de no se qué y una pata de jaiba vegetal que se come la parte blanca.  Vino "Late Harvest" o Cosecha Tardía, cada vez mas difícil retener los nombres...

Casi llegando al final nos hicieron ingerir rápidamente algo como una pastilla que tenía menta y nitrógeno y nos hacía botar humo por la boca.  Sumamente divertido. Finalmente una especie de centro de mesa con unas ramitas que en la punta tenían una especie de malvavisco que se comía y un bombón de chocolate que ya no comí.

Cada paso por el menú de degustación, una experiencia distinta.  Vale la pena probarlo.

Y como nos dijo el mozo pelucón... no importa sino entiendes nada.. .solo disfruta...

jueves, 9 de mayo de 2013

Confesiones de una mami de carne y hueso


A propósito del Día de la Madre, he decidido hacer públicas mis confesiones de madre de carne y hueso:

·         Cuando llego a casa después de una larga jornada de trabajo y las encuentro peleando me provoca regresarme a la oficina.

·         Las educo para que no usen palabrotas, pero a veces le lanzó delante de ellas un lisurón al chófer de la combi que me cerró.

·         Evado una y otra vez la pregunta directa sobre la existencia del Ratón Pérez y de Papá Noel

·         Nunca tuve problemas cambiando pañales ni limpiando pilas y cacas, pero nunca pude con los vómitos, me dan arcadas y me pongo a llorar

·         Me gusta Shrek pero me dormí y ronqué viendo Ralph El Demoledor

·         Disfruto armando rompecabezas pero no me divierte jugar con Barbies y Monsters High.

·         Me aburre ir a Divercity.

·         Me encantaban los Backyardigans pero no soporto a Mister Maker.  Felizmente ahora disfruto de Scooby Doo con ellas.

·         A estas alturas ya no acepto almorzar o cenar en Bembos o cualquiera de sus derivadas, disfruto llevándolas a un buen restaurante aunque me pase la tarde entera corrigiendo su postura y pidiéndoles que no se quiten los zapatos.

·         Me aburre tremendamente hacer tareas con ellas y tampoco dispongo de mucho tiempo para ello, pero lo hago cada vez que es posible. 

·         Soy pésima para las manualidades y confieso que todos los trabajitos los hizo quien fuera su Nana Conchito.

·         Los domingos andan despeinadas y lo resuelvo con una bincha o una cola que se cae al mediodía. 

·         Me encanta acompañarlas a cumpleaños, pero me aburren los que son en el Kentucky, Bembos o similares.

·         Los lunes su lonchera siempre es la comida del kiosko y solo pongo agua y cereales en la misma.

·         Los domingos en la noche comen un sándwich, un omelette, huevos duros o macarroni & cheese.

·         Los sábados me da flojera bañarlas.

·         Las hago tender su cama los domingos, quedan espantosas y cierro la puerta de su cuarto para no verlas.

·         Muchas veces cuando he estado entretenida viendo alguna serie que no es para ellas y venían a la mitad de la misma al cuarto, les decía que iba a aparecer una calaverita para que salgan corriendo.

·         No me he perdido nunca una actuación o evento del nido o del colegio, pero una vez estuve de viaje cuando Miranda tocó flauta y otra vez me equivoqué en la hora y llegué tarde a la clausura de la clase de gimnasia de Lara y me eché a llorar.

·         Ya no tengo mucha paciencia para hacer postres y muy rara vez le he aceptado a Lara ponernos a preparar uno un sábado o domingo.

·         Me encanta salir de shopping con ellas, siempre que sea ropa, zapatos o juguetes.

·         Cantamos y bailamos en la casa, pero no me dejan que lo haga en público.

·         Me encantaba contarles cuentos antes de dormir pero ahora me provoca mas que me den un beso y se vayan a dormir solas.

·         Una vez Miranda se portó tan mal que la metí a la ducha con ropa y luego me fui a mi baño y me puse a llorar.

·         Cuando las castigo muy molesta, me provoca al otro día retractarme y me tengo que aguantar.

·         Muchas veces me olvido de hacerlas rezar en la noche
  • Ya no sé donde guardar mas dibujos, tarjetas y manualidades

·         Me encanta llevarlas al colegio pero no me gusta recogerlas.

·         El momento en que el amor se me desborda es cuando las veo dormidas absolutamente rendidas con una cara de angelitos maravillosa

·         Cuando se golpean o se caen les doy besitos y paso la mano mágica de mamá que quita todos los dolores

·         No hay nada que disfrute mas que nuestros viajes familiares, sea donde sea.  Siempre logramos un buen comportamiento y el vínculo entre nosotros se fortalece muchísimo.

·         Tengo al mejor esposo del mundo que siempre comparte y hace muchas cosas con las niñas, pero que detesta ir a los cumpleaños.

·         Me encanta celebrar los santos aunque he advertido y me he prometido a mi misma, que ya no habrán mas santos grandes.

Pero por sobre todas las cosas, amo profundamente a mis hijas y creo que son el mejor regalo que he recibido en la vida.

 ¡Feliz Domingo a las Mamás!

 

 

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