jueves, 24 de febrero de 2011

Los pelos mas allá de la cabeza

Me pregunto a veces si debí nacer en Francia y andar así por la vida con largas melenas debajo de las axilas y en otras partes del cuerpo, sintiéndome igual sexy y hermosa.  Lo cierto es que ello no fue así.

No tengo idea a quien se le ocurrió esa idea de tener que extirparnos del cuerpo todas las vellosidades posibles en lugar de procurar decorarlas con trenzitas, ganchitos y moños.  Sé que ahora nos suena terrible, pues de tan solo imaginarte esa cantidad de pelos en las piernas, la sensación de asco que nos produce a nosotras mismas y a los hombres, pues no la podemos poner en tela de juicio.  Pero lo cierto es que se trata de un tema cultural.  Y utilizo Francia como ejemplo, porque es el primer pensamiento que se me viene a la mente cuando se trata de imaginarme a mujeres peludas.  A lo mejor estoy exagerando y no es así, pero lo cierto es que tengo una clara imagen de una señora francesa, tía de una amiga mía del colegio, con quien alguna vez fuí a un club de Lima y quedé impactada al ver en cada axila una melena semejante a la barba de un judío ortodoxo y que con tanta desfachatez se sentara a tomar sol con los brazos arriba.  Y peor fue mi espanto cuando bajé la vista y en aquella zona (yo sé que saben a que me refiero), brotaban fuera del bikini, una maraña frondosa que llegaba casi hasta 10 centímetros después de lo cubierto y que estoy segura que al tratarse de zona nunca antes talada, en cualquier momento podría haber estado apta para declararse una reserva nacional protegida, algo así como Pacaya Samiria.  Pero lo cierto es que mientras yo tenía arcadas, la mujer tomaba sol de lo mas feliz.

Deberíamos investigar en internet quien fue la primera mujer que se depiló.  No tengo idea como se le pudo pasar por la mente al ver todos esos pelos colocados en ciertos lugares de nuestro cuerpo por obra del Divino Señor, que mejor estaría sin ellos.  Y en un claro desafío a la naturaleza decidió pasarse una navaja o cualquier otro elemento punzo cortante de efectos similares y eliminarlos de la faz de su cuerpo.

¿Se imaginan a esta mujer adelantada a su época, paseándose por las playas o por los malecones, en faldas o shorts, sin un solo pelo en las piernas?  ¿Que habrían dicho las otras mujeres peludas que la verían caminar?  Mira a esta mujer tan rara que no tiene pelos, el sol le va a hacer daño, si se cae, no tendrá ninguna protección en sus piernas, etc.  ¿En qué momento las demás mujeres asintieron pensando que se veía hermoso y corrieron a hacerse lo mismo?  En realidad no tengo idea.  Pero me queda claro que gracias a ellas, hoy por hoy necesitamos en nuestra casa todo un arsenal de productos:  cera en frío en láminas, cera en caliente para el microondas, cremas depiladoras, depiladores electrónicos, simples rasuradoras, pinzas y por supuesto, múltiples cremas hidratantes para después de la depilación.

Y seamos honestas, aunque coincido plenamente en que se nos ve mejores sin tanto pelo,¡no me van a decir que no es una tortura pasar por estas frecuentes depilaciones!  primero que nada, la mayor parte de los métodos depilatorios duele muchísimo y los que no, como la rasuradora o las cremas depilatorias, no te sacan los vellos de raíz por lo que a los pocos días han vuelto a salir, pero además con una fuerza esplendorosa, ennegrecidos ellos, revitalizados, apuntando de frente sin temores, casi como armas mortales que te pican al solo tacto,  unas crines espantosas pues!  ¿entonces que nos queda?  pues la odiada, temida y a la vez amada cera caliente (la cera en frío la probé y no saca todos los vellos y te deja las piernas pegajosas por un buen tiempo).

No hay nada peor que la cera caliente.  Hay algunas artistas que han aprendido a utilizarla en la intimidad de su hogar.  Probablemente a escondidas del marido, porque no debe haber mayor anticonceptivo que ver a la mujer tirada en la cama y bañada en cera color miel y con una expresión desgarradora de dolor.  Definitivamenre no pertenezco a ese grupo.  No tengo esas habilidades manuales y no me atrevo ni a probarlo, porque me imagino perfectamente sacando pedazos de piel o aquellos vellos que habían sido destinados a quedarse.

Pues yo tengo que ir a una peluquería.  Para que una mujer me embadurne con su cera, haga caso omiso a mis llantos y me pegué un arrancón en el que se me va media vida pero a la vez todo el pelambre que quería eliminar.  Y miren que debo confesar que con los años, la depilación con cera de las piernas, ya no me produce dolor.  Mi piel debe haberse insensibilizado.  Pero no me he atrevido nunca a depilarme con cera las axilas ni el bozo como hacen muchas amigas conocidas.  

La depilación de la línea del bikini, es otro cantar.  El peor de todos.  El mas odiado.  El mas temido.  Y siguen las iluminadas agregándoles variantes a la extirpación de pelos y surge la llamada Depilación Brasilera.  Me imagino que ésta hubiera sido un buen método de tortura en la época de la Inquisición.  Mi única depilación brasilera en la vida, me dejó curada del susto.  Sentir la cera caliente por rincones del cuerpo que creías que no existían son palabras mayores.  Las contorsiones que, sin vergüenza alguna tienes que hacer frente a la señora de la peluquería, ni que decirte.  Te conoce mejor que tu ginecólogo.  y después de todo el dolor que sentiste... el pensar en el momento del arrancón, te saca lágrimas por anticipado.  NO! que dolor! ni cuando di a luz sufrí tanto (Ok debo confesar que fue cesárea y tuve anestesia).  Salí de la peluquería con un extraño andar y la sensación de no poder soportar ni el roce de mi propio calzón de seda.  Me sentía como un pollo desplumado.  En absoluto pude sentirme sexy ni por un momento.

Me quedó claro que no es lo mío...

Pero como nno nací en Francia, debo continuar con la auto tortura y colocarme cera en lugares variados y sonreir ocultando las lágrimas con las que salgo digna de la peluquería para regresar al mes siguiente e incluso abrazar a aquella verduga que se encarga de mi depilación.

6 comentarios:

  1. Yo opté por lo más fácil, aunque no deja de ser una molestia: depilador eléctrico para las piernas, y crema depiladora para la "zona del bikini".
    Lo bueno es que de tanta depilación eléctrica, cada vez tengo menos vellos nada bellos en las piernas. En cuanto a la otra región, no... parece que la crema no tiene el mismo efecto.
    Cera, solamente una vez y nunca más. Ni caliente ni fría.

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  2. PD: Las cenizas de Ángela es un libro maravilloso, triste y dulce a la vez. Me apenó mucho la muerte de su autor.

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  3. jajajjajaaaaa! ...
    lo maximo!
    ya me volví seguidora, aqui te dejo mi blog pa que lo chequees!
    quenosdejenser2.blogspot.com

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  4. Yo encontré la forma de depilarme en casa....sin ningun problema: piernas, axila ( una vez por semana ) y cuando tengo necesidad bikini brasilero y hasta el Aro ( llamado asi en algunas peluqierias al lado oscuro ) Definitivamente no me agrada estar peluda, asi que tuve que aprender a convivir y a entender a la cera caliente, no hay de otra...

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  5. Acabo de llegar saltando de uno a otro y con tu permiso me voy a quedar. Un saludo

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  6. Chelo bienvenida! y me encanta que te quedes! lee como quieras y salta de uno a otro y siéntete cómoda! :)

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