martes, 27 de septiembre de 2011

¿Qué hacemos con el fútbol?

Estoy francamente indignada con lo sucedido el sábado después del Clásico del fútbol peruano.  Como madre que soy, me solidarizo con la mamá de Walter Oyarce e imagino la infinita pena y rabia que debe sentir al perder a su hijo de esta manera tan violenta e injustificada.

Este hecho deleznable ha hecho que se nos caiga la farsa de que estando en un palco nos mantenemos al margen de la violencia y podemos estar seguros.  Esta imagen tenía yo de los palcos.  De hecho, ese sábado, dos hermosos amiguitos de mi hija, de 6 y 7 años, fueron con sus papis a ver el fútbol que aman e invitaron a mi esposo y mi hija, quienes por razón de trabajo de Arturo no pudieron ir.  ¡Pero mi hija de 7 años pudo estar presente ahí!

Se imaginan la decepción que sufren dos niñitos amantes del fútbol que empiezan a compartir un espacio con sus padres, que lo sienten propio, cuya hinchada se empieza a formar en función de las simpatías de sus papis, que tienen la expectativa de disfrutar de estos espectáculos y que ahora se les haya tenido que decir que por mucho tiempo en adelante no podrán ir de nuevo al estadio. 

¿Cómo estos niños pueden entender ese nivel de violencia y barbarie? ¿Cómo les explicas que hay personas desadaptadas con sentimientos viles y bajos?  ¿Cómo les explicas que el deporte, que siempre ha sido sinónimo de vida sana, no lo es cuando se trata del fútbol?  ¿Como explicarles que hay gente sin escrúpulos y sin valores que destruyen una vida humana sin piedad alguna, en nombre de una hinchada?  ¿ Cómo hacerlos entender que sus ilusiones de estadio desaparecen por culpa de este lúmpen?

Esto es injusto para la familia de Walter Oyarce.  Imagino totalmente su dolor y frustración.  Nada es comparable con lo que ellos sienten.  Pero es también injusto para todos nuestros niños a quienes les queremos inculcar una vida sana con deporte.  Nos quitan espacios de recreo, nos quitan ejemplos de vida. 

¿Qué podemos hacer para que esto cambie? ¿Todo se soluciona vetando al Estadio Monumental?  ¿Se puede ir a un clásico en el Estadio Nacional?  ¿Convertiremos a Walter en un ícono, en un héroe para luego de un año olvidarlo como pasó con Paola, la que fue lanzada de una combi por Bolón?  ¿Qué reales medidas va a tomar el Gobierno para que esta situación termine definitivamente?  El otro día escuchaba en una radio comentar que en Inglaterra, gracias a la firmeza de las medidas que en su momento tomó Margaret Thatcher logró acabar con los Hooligans.  Y comentaban que necesitamos una "demodura" no una "demoblanda".

Espero que lo sucedido no quedé en nada.  Espero que esa vida perdida, esos sueños truncados, sirvan para lograr un cambio en el país, en beneficio de los niños.  Que nuestros niños sepan que la muerte de Walter sirvió para generar un cambio radical en nuestra sociedad.  Ese es el homenaje que le podemos rendir a este chico.

4 comentarios:

  1. No conocía la noticia repudiable desde todos los puntode vista.
    Esperemos que lo sgobiernos tomen las medidas necesarias para que no vuelva a pasar . Saludos

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  2. Mi amigo Pollo Soto me mandó este súper comentario por mail que merece ser compartido.
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    Soy el papá de uno de los chicos de 6, 7 y 4 años (también llevamos al menor de mis hijos). Hacía más de 20 años que no pisaba un estadio, después de haberlos frecuentado de muchacho. Recordaba lo emocionante que es y ahora que mi hijo está jugando futbol, quería compartir con él la emoción que como comprobé, me sigue causando.
    Camino al estadio, tuvimos que ocultar los polos de nuestro equipo, no faltaron desadaptados que nos insultaron. En el estadio, caminando hacia el palco, llamó mi atención que algunas puertas fueran de fierro. El palco donde fuimos, está en la misma Barra Norte, probablemente a 5 mt de altura de la tribuna. Al entrar la barra brava, emitía un fuerte olor a marihuana, fue cuando recordé también, que la primera vez que fui al estadio, también fue la primera vez que había visto gente fumarla. Los chicos, ajenos a estas cosas, estaban felices, y alucinadnos, viendo como las barras alentaban a sus equipos.
    Fue un buen partido. Dejando de lado la parte deportiva, uno metros más arriba de nosotros, parecía haber algún palco del equipo contrario. Al terminar el partido, gran parte de la barra insultaba y gritaba hacia arriba, incluso tiraban objetos (en ambos sentidos). Y claro, me sentí falsamente seguro, por estar en un palco. Al salir, llamó nuevamente mi atención la cantidad de gente totalmente borracha que salía de los palcos; También entendí el porqué, de las puertas de Fierro. Me comentaron que solía pasar que los hinchas, irrumpían en los palcos para pegarles a los hinchas de otros equipos –que absurdo- . Fue entonces que escuchamos del “accidente” pero sin mucha información.
    Hoy, mi hijo me preguntó sobre lo que había pasado; había tenido una conversación con su mamá, quien le había explicado lo sucedido, además de la lógica limitación que tendríamos para regresar a un estadio. Estaba triste y no entendía –como yo, a mis 41 años- como podía suceder una cosa tan absurda y que tendría que limitar las emociones que había sentido.
    Le expliqué que el deporte –cualquiera- es una disciplina, que implica como primera y fundamental regla “el Juego Justo”. Esto involucra necesariamente a todos los actores, incluido el público. Espero que desde sus cortos 6 años, entienda que esa es la esencia del deporte y la competencia……

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  3. 2da parte del comentario de Pollo Soto...
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    Como es posible –claramente absurdo- que los participantes de estos eventos, no estén empadronados y sus dirigentes indiquen que es muy difícil; Qué pasaría, si por el contrario, estos mismos dirigentes promueven y realmente apoyan a que no sea posible ingresar a un estadio a nivel nacional, sin un carnet de hincha. Qué pasaría si las autoridades limitan la participación de los hinchas, a él –digamos- 20% de la capacidad del estadio y el número va en aumento (en cualquiera de los dos sentidos) en función de los resultados –sociales- ocurridos, antes, durante y después de cualquier partido. Qué pasaría si ante eventos absurdos –claramente menos dramáticos a los ocurridos el sábado- de esta naturaleza, simplemente se les quitan 3 puntos en el campeonato a los dos equipos. Qué pasaría si los jugadores de Alianza y la U salen juntos a la cancha y se comportan como sanos competidores. Qué pasaría si no permitimos que se politicen los terribles acontecimientos del pasado fin de semana. Qué pasaría –organizado por las marcas auspiciadoras de los equipos y con gente profesional - los jugadores de todos los equipos que juegan el campeonato, digamos el próximo fin de semana, se niegan a jugar y deciden correr 10 KM, todos juntos, con polos blancos y con quienes los quieran acompañar, de blanco. No creen ustedes que el impacto sería contundente?
    Creo que el problema es muy serio y refleja serios problemas como sociedad, involucrando valores (educación) y realmente pasión por la disciplina que implica el deporte y el verdadero Juego Justo.
    En esta vida nada es fácil, rápido y/o gratis. Creo que la sociedad debe exigir una respuesta contundente de autoridades, “dirigentes” deportivos, deportistas, empresas privadas y la sociedad en su conjunto.
    Sorry Claudia, necesitaba estas líneas.

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  4. Es simplemente el colmo que acciones que NADA tienen que ver con el deporte terminen enlodando una actividad que debe ser sana competencia. Sea fútbol, voley o canicas, no hay excusa que justifique la violencia.
    ¿Será que nos sale lo animal que todos llevamos dentro? No encuentro otra explicación.

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