¿Realmente nuestros hijos desarrollarán mas habilidades que nosotros? Me hago esta pregunta básicamente pensando en el dramático cambio en la educación que damos a nuestros hijos frente a aquella recibida por nosotros. No estamos tan mal tampoco, pero me pregunto si hubiéramos podido ser mejores implantando los métodos que hoy usamos con nuestros niños.
Es un hecho que hoy toda decisión de educación está basada no solo en la mera intuición sino en miles de artículos y charlas con psicólogos sobre como es la mejor forma de tratar a los niños, motivarlos y estimularlos. Toda decisión que tomamos la conversamos y la explicamos a los hijos, sustentamos lo que queremos hacer con ellos. Yo recuerdo la típica respuesta de mi mami… “Porqué lo digo yo y punto!” los psicólogos nos dirían que responderle algo así a nuestros hijos es una falta de respeto a su inteligencia. No crecí con traumas, al menos eso creo, seguro que si voy a terapia me saldrían varias, así que prefiero no enterarme.
Pero lo que me conmociona mas es la literatura infantil. Comprenderán que soy una fanática compradora de cuentos, pues quiero inculcarles el placer por la lectura a mis hijas. Hoy en día encuentro cuentos maravillosos para toda ocasión. Promueven la solidaridad, el trabajo en equipo, el respeto a la naturaleza, el amor al hermano mayor, como enfrentar los miedos, el primer día de colegio, cuando aprendes a montar bicicleta, el respeto al adulto mayor, y muchos etcéteras. Tengo un cuento para cada ocasión. Pero los cuentos clásicos, hoy, leídos en este contexto de amor y paz, resultan cuentos de terror al mas puro estilo de Cujo (se acuerdan esa película del perro malo y rabioso? A mi me daba meyo…)
Analicemos un poco…
Por ejemplo, en el cuento de Blanca Nieves transmitimos a nuestros hijos que las madrastras siempre son unas brujas, son malas, nunca es posible que quieran a la hija de su esposo. Lo que no entiendo en esta historia es donde andaba el Rey. Que yo sepa los reyes no es que hagan muchas cosas mas allá de dar la mano a la gente y asistir a bailes en el palacio. Este papá de Blanca Nieves sí que andaba en las nubes. No solo eligió como nueva esposa a una asesina hueca y vanidosa, sino que no estaba nada involucrado con su hija. En ninguna parte del cuento leí que una vez que se quedó abandonada en el bosque, el papá se puso a buscarla desesperadamente. De hecho si no fuera por los enanos, Blanca Nieves no hubiera tenido invitados a su boda! Al papá de Cenicienta le tengo que reprochar su mal gusto. Como se va a casar con esa mujer tan fea? Se notaba a leguas que no tenía buenos sentimientos. Seguro fue un pisado hasta que se murió. Entonces la madrastra, que es imposible que quiera a la hijastra, la pone a chambear durísimo y encima sin éxito, porque a pesar de todo lo que hacía, igual la casa estaba llena de ratones! Buena onda los ratones, pero ratones al fin y al cabo no? Eso si, hay que resaltar que el cuento promueve la integración y la igualdad de clases, porque al Príncipe le interesó un rábano que Cenicienta fuera una misia e igual se casó con ella.
Mención aparte merece el cuento de Hansel y Gretel. Ese sí que puede producir pesadillas. ¿Qué tus propios padres te abandonen en el bosque porque no tienen para comer? A esos papás no los entiendo para nada. O sea, en la casa la comida alcanzaba para dos, entonces ellos se quedan para que la comida les alcance y abandonan a los chicos porque ya no hay para ellos. ¿No se supone que los padres nos quitamos la comida de la boca para dársela a nuestros hijos? Y el hecho de abandonarlos en el bosque suponía que se iban a morir de hambre no es así? Para eso, mejor los hubieran matado con veneno y no los dejan agonizar a la merced de animales salvajes. Esos padres sí que estaban en nada. No habían albergues en esa época no? Si los llevaban al palacio de rey de hecho los recogían no? Padres poco creativos definitivamente.
Y todas estas historias se las he tenido que contar a mis hijas, tratando de cambiar un poco la trama, pero a estas alturas, ya saben la cruda verdad sobre los padres de las princesas. Claro, si no fuera porque Disney recicló a todas las princesas, las empaquetó y las marketeó en su nueva versión, probablemente habría omitido leerle los clásicos. Pero no pude evitar que mis hijas entraran en la onda “princess” y por tanto tener que contarle estos cuentecitos y poco a poco irles soltando la historia real.
Pero debo confesar que no tengo ningún recuerdo traumático de mi infancia sobre estos cuentecitos… solo recuerdo que no pude dormir el día que vi La Bella Durmiente, pero básicamente fue por culpa de la bruja.
Y ni que decir de los programas de televisión!!! La maravilla que es Barney en esta primera etapa de infancia y luego todos los programitas educativos de Discovery Kids ya los hubiera querido de niña! Yo me tuve que soplar a la rufiana de la Candy, que con la vocecita de idiota que tenía era tremenda loba y por supuesto al sufrido de Marco que buscaba a su mamá con desesperación para que luego la encontrara y se muriera al toque. El que creó esa historia tiene que haber sido un ser retorcido y pervertido. Eso sí que me producía angustia. Me pregunto porque mi mami si me dejaba ver esas cosas. No tengo la menor idea. Les parecerían inofensivas.
Con todas estas reflexiones no pretendo criticar la metodología de educación de hoy en día, de hecho la comparto y la aplico, pese a que las abuelas nos dirán que estamos llenas de idioteces! Pero espero que efectivamente marquen una diferencia entre lo que soy y lo que serán mis hijas.
Me has hecho recordar a esa viñeta de Mafalda en que su mamá no la deja ver una novela en la que hay besos y la manda a leer un cuento donde un lobo se come a una viejita y está a punto de comerse a una niña... pero termina despedazado a hachazos a manos de un leñador.
ResponderEliminar¿Cuál de las dos cosas es más perjudicial?
Gaby me has hecho reir! efectivamente! Quino y yo estamos en el mismo mood.
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