jueves, 12 de abril de 2012

Me gusta Bogotá...

Me encanta la ciudad de Bogotá y me encanta su gente, con ese acento de voz tan simpático.  Toda la gente, sea cual sea el rol que le toca jugar, sumamente amable. ¡Qué bonitos serían todos los días en Lima si la gente se tratara con esa educación! Imaginen a un chofer de combi diciendo "con mucho gusto" a todos sus pasajeros! improbable no?  y recalco que es en todo lado, no solo en el hotel, donde la descripción de puesto de quienes trabajan ahí debe incluir la sonrisa y la amabilidad, pero encontrar un taxista, el señor de migraciones, la señora barriendo la calle, el mozo de restaurant y cualquier hijo de vecino con el que te topas por la calle y que te dediquen una sonrisa, te saluden y respondan a todo "con mucho gusto", pues creo que no es casualidad sino mas bien una típica característica de los ciudadanos bogotanos. Creo que una sonrisa empezando el día te puede hacer la diferencia y cuesta tan poco!!!

Pero también me gusta la ciudad.  Sus calles empinadas, sus muchas construcciones de ladrillo, el verde por todo lado, sus acogedores restaurantes, la bulla de la calle, hacen de Bogotá una linda ciudad.  Alguien comentará que opaca su belleza el caótico tráfico y no puedo negarlo.  Sin embargo, siempre he estado hospedada al lado del sitio donde tengo que ir, por lo que me he movilizado con mucha facilidad por la misma zona.  Pero claro que he escuchado historias de terror sobre las congestiones vehiculares que se generan en la hora pico (algunos afirman que todo el día es hora pico) e incluso los sábados, a ello súmenle el hecho que se forman lagunas en las calles por las intensas y persistentes lluvias, por lo que es mas fácil transitar en canoa que en auto.  De hecho estos días viví una lluvia tan fuerte y sin pausa que imaginé que en cualquier momento vería pasar desde la ventana de mi habitación al señor Noé en su arca.

Pero todavía la ciudad causa inseguridad, como vivíamos hace varios años en Lima, no se siente que el tema está aún resuelto.  Y es que me hospedé en un lujoso hotel, por cortesía de la Bolsa de Valores de Colombia, que se llama Club El Nogal y resulta que éste vivió en carne propia un insano ataque terrorista, el 7 de febrero de 2003, mientras yo cumplía 33 años y probablemente celebraba de lo mas bien, un coche bomba con más de 200 kgs de explosivos detonó en el estacionamiento del Club, causando la muerte de 36 personas y más de 200 heridos, la mayor parte de clase alta, que disfrutaban de solaz esparcimiento en las instalaciones del club.  

Cuando llegué al Club, en la entrada el taxi se detuvo, tuvimos que abrir todas las puertas del automóvil a las que un hombre de seguridad les pasaba un aparato que asumo era un detector de explosivos, para luego ver acercarse a un hermoso perro que olía el automóvil y de paso mis pies.  Todo esto para llegar a la puerta, no al estacionamiento del club.  Luego pasaron mi maleta por un scanner semejante a los del aeropuerto, pasé yo por el arco de seguridad, me pasaron por el cuerpo el detector de metales y finalmente pude ingresar al club y registrar mi huella digital y mi  foto.  Nunca tanta seguridad en un hotel.

En el aeropuerto la situación es similar.  la revisión no es solo a la entrada a Migraciones como sucede en la mayor parte del mundo, sino que se produce una segunda revisión para entrar a la sala de embarque correspondiente, donde vuelven a mirar tus cosas, abren tus maletas, carteras, lap tops y hasta te toquetea una oficial para verificar que no lleves nada adherido al cuerpo.

Tanta seguridad me causa inseguridad. 

Deseo de corazón que este hermoso país que es Colombia encuentre pronto la paz, derrote al grupo de locos que conforman las FARC para que se pueda respirar tranquilidad en el ambiente y vivir con seguridad.

5 comentarios:

  1. Yo pase por colombia cuando estaba embarazada y me tenia q levantar el polo para q vean q era mi panza lo que habia y no nada adherido a ella.

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  2. De Colombia solamente conozco Cartagena. Además de la belleza de la ciudad y de sus murallas que te hacen viajar en el tiempo, recuerdo los controles en el aeropuerto: tres dentro del aeropuerto, sin contar el que hacen justo antes de pasar la puerta.
    Qué pena que un país tan bello con gente tan cálida deba vivir con miedo. Y eso se aplica a todos los lugares donde el miedo es una constante.

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  3. PD: el "con mucho gusto" que mencionas me hizo recordar el amable "a la orden" que se escucha tanto en Venezuela.

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  4. Tengo ciertos vínculos con Colombia.Dos de mis cuñados son de allí.Llevan varios años trabajando en España y han rehecho aquí su vida,sus hijos son españoles,casados con guapas almerienses,degustando la rica comida y el buen clima subtropical de por aquí.Pero todavía notan cierto desprecio y rechazo de determinada gente hacia los de su clase,esos que autoproclaman la hispanidad frente a lo latino,reducen su cultura a la música bachata y el cultivo de coca,menos mal que ya van quedando menos.
    Ahora con la metacrisis económica son los primeros en volver a su pais natal, el sistema los requería entonces,hoy los margina como quien tira un klennex.No es el caso de mis cuñados,Víctor y John Mario,con suerte retienen sus empleos aquí,y tienen la esperanza algún dia que la doble nacionalidad les valga algo más que un mero certificado,y así hacer extensible todos sus derechos,tanto aquí como allí,y ser así ciudadano del mundo.
    SL2

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  5. No conozco nada de Colombia y por ahora ni tengo intenciones de conocer.
    Un saludo

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